JOSÉ ANDRÉS DÍAZ

Foto: Oswaldo Figueroa

Se acerca el inicio de la serie entre México y Honduras por el pase a la Copa América 2024, cuyo primer episodio se escribirá este viernes en el Estadio “Chelato” Uclés de Tegucigalpa.

Se sabe que la rivalidad y encono deportivo que le tienen los catrachos al Tri es muy fuerte, ya que a lo largo de la historia, la escuadra nacional ha sido muy superior a la centroamericana.

Sin embargo, el técnico de Honduras,Reinaldo Rueda, dice poco a poco haberles cambiado el chip a los futbolistas catrachos, quienes sí han desarrollado un “odio” deportivo hacia México, y por el contrario, les enseñó a admirar el fútbol que tiene su eterno rival, en aras de aprenderle y superarse a partir de ello.

“Tenemos que respetarnos y competir con dignidad, con altura. Hay que admirar a México, tiene un gran potencial. Cuando tú actúas con odio no piensas, jugar es jugar; si ellos son superiores, bueno. Si nosotros hacemos un buen juego y marcamos diferencia, bienvenido, pero eso debe ser la filosofía y lo que debemos construir nosotros”, dijo en la conferencia de prensa previa al encuentro.

Y es que Rueda conoce muy bien la idiosincracia del futbolista hondureño, al cual conoce desde hace ya más de 15 años, tras haber dirigido en una primera etapa a la H por allá del 2007 en el inicio del ciclo rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010.

“Odio nunca ha existido, y fue una de las situaciones que en el 2007, hace 16 años que venimos a Honduras identificamos. Yo en aquel momento les decía a los directivos: no hay que ir a Europa, los entrenadores hondureños no tienen que ir a Europa, los intercambios no tienen que ir a Sudamérica.

“Tenemos que ir a México, tenemos que admirar la organización del América, Pachuca, Monterrey, que son vecinos nuestros y que nos sale más económico ir; y así como ellos lo han desarrollado, nosotros a nuestra escala lo podemos hacer”, continuó el experimentado estratega.

Además, Rueda compartió la experiencia de vida que le dejó su etapa en el Atlético Nacional en su natal colombia, toda vez que siendo técnico de ese equipo, en 2016 por la Final de la Copa Sudamericana iba a enfrentar al Chapecoense de Brasil, equipo que sufrió un accidente aéreo en el que perdieron la vida todos los miembros del equipo excepto cuatro jugadores.

De ahí que se mantenga en su discurso de que en el balompié no puede existir el odio, sino por el contrario, se trata de crecer juntos como rivales, como equipos y a través de la competencia dentro del terreno de juego.

“En el fútbol no puede haber odios, sin rivales no hay competencia, y si no hay competencia uno no crece. Yo no tengo por qué odiar a mi rival; si es un rival que le tengo que aprender, tengo que admirarlo e intentar igualarlo y si puedo superarlo, mejor todavía”, sentenció.