PATRICIA RAMÍREZ

Integrantes de diversos colectivos de la diversidad sexual acusaron que la marcha del orgullo, como la del sábado pasado, se están convirtiendo en “carnavales”, desvirtuando con ello su objetivo de visibilizar la discriminación y precarias condiciones en las que sobrevive los integrantes de la comunidad LGBTTTI+
Durante el durante el foro Personas Mayores LGBTTTIQ+ Rumbo al Envejecimiento Incluyente, insistieron en que se requiere resolver los problemas que las afectan, en lugar de ser utilizadas como propaganda.
En este marco, las activistas denunciaron que las malas prácticas médicas e introducción de sustancias tóxicas en sus cuerpos reduce prácticamente a la mitad la esperanza de vida de las mujeres trans en la Ciudad de México, que ronda en torno a los 35 años cuando el promedio general es de 70 años.
La escritora Denis Valdés acusó que las mujeres trans exponen sus cuerpos a carniceros criminales y asesinos sin escrúpulos que los llenan de aceite, lo que acorta sus vidas.
Durante el foro se concluyó que el movimiento LGBTTTIQ+ tiene una deuda histórica con las abuelas trans, así como el reconocimiento de su lucha y las condiciones para una vejez digna en ese sector.
La diputada Silvia Sánchez Barrios dejó en claro que este sector de la población es creciente y de acuerdo con datos del 2019 de Naciones Unidas, se proyecta un aumento del 11.4 por ciento a un 25 por ciento del total de la población en América Latina y el Caribe en un período de 35 años, con la expectativa de un crecimiento más acelerado a partir de 2030.
Lo anterior, dijo, son datos de las personas de la tercera edad en general, pero hay un sector de este grupo etario más vulnerable, que es la comunidad LGBTTTIQ.
“La insuficiencia de recursos para pensiones dignas, la falta de empleo, de servicios de salud de calidad, y la falta de conocimiento o de adaptación a las nuevas tecnologías los vuelven más vulnerables y los deja aislados de la sociedad”, puntualizó.
La representante popular dijo que esto se debe a que en la mayoría de los casos no han tenido descendencia y muchas de estas estas personas han sido rechazadas por su familia, otras porque en su juventud no tuvieron acceso a un trabajo en el que pudieran generar algún tipo de ahorro para el retiro o por situaciones de aislamiento debido a la discriminación.