Martín Avilés / Ovaciones
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Michael Schumacher y Lewis Hamilton han protagonizado las dos trayectorias más dominantes en la historia de la Fórmula 1. Con siete coronas cada uno en sus vitrinas, son por mucho los dos máximos ganadores de todos los tiempos en la máxima categoría. Más allá de los Mundiales de Pilotos obtenidos, los nombres de Ayrton Senna y Juan Manuel Fangio destacan en el eterno debate sobre quién es el mejor conductor en la historia de un deporte, que suele ser visto desde la errónea óptica de reducir el éxito a una sola persona.

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Y es que en un deporte en el que un solo competidor por auto es quien sube al podio en cada carrera, es común pensar que se puede comparar con otras disciplinas como el tenis, boxeo o cualquier deporte individual. Pero no es así. Tan solo en el paddock, alrededor de 15 a 20 personas por equipo que trabajan para impulsar el éxito de un solo monoplaza, por lo que el éxito de un conductor es tan solo la punta de un gigantesco iceberg que involucra directamente a entre 300 y mil 200 personas, dependiendo de si están al frente o tras bambalinas de la parrilla.

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La F1 debe mirarse desde un enfoque mucho más amplio para comprender que aunque en la pista los aficionados apoyan a tal o cual piloto, también se trata de un serial por equipos que dependen de la suma del trabajo de decenas de personas, por lo que la parte más trascendental del desarrollo de una competencia está en el campo de la ingeniería y no en la conducción.

Adrian Newey, el sigiloso héroe detrás de los éxitos de Red Bull

Es por eso que luego de que en 2022, desde que se implementaron las actuales regulaciones de efecto suelo, Red Bull ha ganado 25 de las últimas 27 carreras, a pesar de que poco antes era Mercedes el equipo que más facilidad encontraba para cosechar victorias. En ese contexto, debe entenderse que la salida del brillante ingeniero británico Adrian Newey de Milton Keynes debe considerarse como una pérdida igual o más importante que una posible marcha de Max Verstappen.

Si ‘Schumi’ y Hamilton se reparten siete coronas cada uno, Newey sonríe alejado de los reflectores con nada menos que 13 títulos mundiales producidos con sus propias manos al impulsar a través de sus revolucionarios diseños a Sebastian Vettel a ganar cuatro mundiales consecutivos y otros tres de ‘Mad Max’ en el presente. Pero a esos siete de pilotos que acumula como genio detrás de cada triunfo, suma otros seis de constructores con el equipo de las bebidas energéticas. Y contando.

¿Qué pasará con Newey?

El ingeniero de 65 años de edad ha trabajado en Milton Keynes desde 2006 y ha sido una figura central en su posterior ascenso hasta convertirse en una superpotencia de la máxima categoría del deporte motor. Pero todo comienzo tiene un desenlace, y por medio de la página oficial del equipo, se anunció que el director técnico dejará sus labores en el primer trimestre de 2025.

En teoría, Newey dejará el proyecto de F1 y se centrará en terminar el primer Le Mans Hypercar (LMH) en el que trabaja la marca de bebidas energéticas, antes de finalmente, tomar sus cosas para marcharse a cualquiera que sea su nueva casa a partir de mayo de 2025, cuando comience a preparar el auto de 2026 del privilegiado que logre llevarse al pez más gordo del estanque, justo cuando los equipos tendrán que hacer autos prácticamente desde cero para las nuevas regulaciones.

¿Por qué Newey es tan relevante en la F1?

Ingeniero en aeronáutica y astronáutica, Newey se graduó por la Universidad de Southampton. Desde entonces comenzó a labrar su carrera en el deporte motor hasta ser considerado como la más grande eminencia actualmente en la parrilla y ser nombrado unánimemente como el padre de la aerodinámica en el Gran Circo.

Ferrari, Mercedes y Aston Martin se pelean abiertamente por sus servicios. A la espera de que se confirme quién sedujo a la persona más codiciada de la Fórmula 1, incluso por encima de cualquier talentoso piloto, la noticia de su salida de Red Bull es por mucho la más importante en años, pues muy seguramente, cambiará el curso de este serial en el mediano plazo.