Minutos antes de las 4:00 horas Morena y aliados en el Senado de la República y el voto del panista Miguel Ángel Yunes Márquez aprobaron con 86 votos a favor y 41 en contra la reforma al Poder Judicial, por lo que remitió el proyecto de decreto a los congresos estatales para que inicien la discusión y en su caso aprobación.

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Entre empujones, tomas de tribuna, interrupción de los oradores, con un cambio de sede debido a que el Senado de la República ubicado sobre Paseo de la Reforma fue tomado por manifestantes, a la oposición le rechazaron las 60 reservas que presentó, en busca de hacer modificaciones a la minuta de reforma, ya que de lo contrario tendría que ser devuelta a la Cámara de Diputados para que fueran nuevamente discutidas y aprobadas.

Con una sesión matutina y una vespertina y casi 17 horas de discusión, el Senado de la República aprobó, por mayoría calificada, que los ministros, magistrados, magistrados electorales, de circuito, los jueces de distrito, magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial sean elegidos por el voto directo de los ciudadanos en procesos electorales nacionales (ministros y ministras; magistrados electorales y magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial) o bien en los circuitos judiciales o regiones el resto, con la salvedad de quienes integren el Órgano de Administración Judicial que serán por designación de los tres poderes (1 por la persona titular de la presidencia de la República, 1 por el Senado de la República y tres por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En cuanto a la estructura, el Poder Judicial de la Federación estará compuesto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal Electoral, plenos, tribunales de circuito, juzgados de distrito y un Órgano de Administración Judicial y un Tribunal de Disciplina Judicial.

De acuerdo con la reforma al Poder Judicial lo que se busca es que los nuevos integrantes del Poder Judicial surjan de la voluntad popular con una legitimidad democrática inmediata y directa, que sean personas idóneas para cumplir con los requisitos que exige la Constitución y las leyes, así como abrir los procesos de designación “más allá del cerco judicial formal que comúnmente ha llevado al nepotismo y amiguismo”.

Tanto el presidente de la República, como Morena y aliados, han señalado que con la reforma quienes integren al Poder Judicial podrán actuar con independencia, ya que tendrán el respaldo de la ciudadanía y no “de los grupos de poder o intereses particulares”.