Alberto Montoya

La política de refugio y de apoyo a personajes del exterior que Andrés Manuel López Obrador ha promovido es contraria a la que aplica con los mexicanos.

Mientras, por ejemplo, se refiere a Julian Assange como un héroe de la información y de la libertad de expresión y hasta asilo político le ofrece, a los periodistas de aquí, de su país, los ha denostado y acusado de servir al conservadurismo y al neoliberalismo.

El fundador de Wikileaks es un perseguido político de Estados Unidos, que le acusa de filtrar información considerada de seguridad nacio- nal y de poner en riesgo su estabilidad y democracia.

–Julian Assange representa la verdad, representa la libertad de expresión y nunca en ningún lugar del mundo puede ser eso perseguido, dijo ayer Claudia Sheinbaum Pardo, al entregar las llaves de la ciudad a John Shipton y Gabriel Shipton, padre y hermano del periodista y activista, respectivamente. Lo declaró huésped distinguido.

Andrés Manuel hasta dijo que pediría a Joe Biden dejar de perseguirlo. Antes, a Donald Trump le envió una carta para solicitarle el indulto para quien es considerado un hacker por Washington.

No se ha cansado de repetir que el australiano es un paladín de la información.

¡ Ah¡ pero no se trate de los mexicanos, de los analistas, de los columnistas, porque ellos apoyan a sus adversarios.

No soporta las críticas y a quien no opine lo mismo.

Exhibe y niega todo lo que se publique o diga, contrario a sus intereses. Aunque sea verdad.

Sin recato, muestra las estadísticas de columnistas, de analistas, de críticos y de medios de comunicación para tener contentos a sus leales, que no dejan de atacar en redes a los mencionados en esa sección.

-Yo tengo otros datos, contesta.

Y ahí está, por ejemplo, la sección de los miércoles, llamada Quién es quién en las mentiras, donde la mujer que no sabe leer, Ana García Vil- chis, ha hecho famosa una frase:

-No es falso, pero se exagera.

Sheinbaum Pardo, en consecuencia, incapaz de contravenir a su protector, sigue la línea.

Y Assange es un héroe para el presunto gobierno de izquierda.

El martes y ayer, por ejemplo, Andrés Manuel minimizó la balacera y la quema de al menos un tráiler en Orizaba, Veracruz, acusó una campaña en redes para perjudicar a su gobierno y -dándose un tiro en el pie, como suele hacer- dijo que en Guanajuato estuvo peor, con más muertos, pero que no se decía en los medios ¡por ser un gobierno del PAN!

¿Y qué cree?

Cuitláhuac García, igual que Sheinbaum, siguió a su patrón y publicó en twitter eso: ¿por qué Veracruz sí y Guanajuato no?

Qué nivel de mediocridad.

TAMBIÉN CON EVO

Evo Morales, ex presidente de Bolivia por el que López Obrador envió un avión del Ejército para traerlo, cuando estaba en peligro, recibió un doctorado Honoris Causa en la Universidad Autónoma de Zacatecas.

Son sus ídolos, son sus ejemplos.
Evo estará en la ceremonia del grito y en el desfile de mañana. Esa es la realidad en México y esos son los políticos que gobierna.

Vámonos: Se consumó lo del Ejército.
No será hasta 2029, sino hasta 2028. Ahora está en el Senado.