Ciudad de México, 4 may (EFE).- La identificación de los al menos 24 muertos en el derrumbe de un tramo de la Línea 12 del metro de Ciudad de México avanza lentamente este martes tras una tragedia sobrevolada por el fantasma de la corrupción y el mal mantenimiento del transporte público.
En conferencia de prensa, la responsable de Protección Civil de la capital, Myriam Urzúa, detalló que hasta el momento “solamente se han identificado cinco” de las 24 personas que perdieron la vida en el accidente.
Las autoridades informaron que es “muy baja” la probabilidad de que queden personas atrapadas bajo los escombros, y anunciaron que de las 79 personas hospitalizadas anoche, 15 permanecen todavía hospitalizadas, algunas de gravedad.
FAMILIARES BUSCAN A SUS FALLECIDOS
El accidente ocurrió el lunes a las 22.22 horas (03.22 GMT del martes) cuando cedió una viga de un puente elevado de la Línea 12, entre la estaciones Olivos y Tezonco, en el sur de la capital, provocando la caída de un tren con pasajeros que quedó encallado en forma de “V”.
Las imágenes del derrumbe del puente, que cayó encima de coches que circulaban por la calle, conmocionaron al país en la mayor tragedia que se recuerda en la capital desde el terremoto del 19 de septiembre de 2017.
La Fiscalía capitalina informó que está trasladando los cuerpos de los fallecidos a las oficinas territoriales del Ministerio Público en Iztapalapa, en el oriente de la ciudad, para la identificación.
Pero desde anoche, se acercan al lugar de los hechos familiares de usuarios que viajaban en el metro capitalino, uno de los más transitados del mundo con casi seis millones de pasajeros diarios.
“No me proporcionan la lista de muertos, quiero saber si mi hijo está muerto”, dijo a Efe una desconsolada Marisol Tapia, madre de Giovanni Hernández, un joven de 13 años que viajaba en el tren, frente al lugar del accidente, donde la mitad de uno de los vagones ya fue retirado.
UN PERITAJE INTERNACIONAL
Ante la indignación popular por el derrumbe de una línea que lleva años en el punto de mira de la polémica por corrupción y mal mantenimiento, la alcaldesa capitalina, Claudia Sheinbaum, prometió que se llegará “hasta las últimas consecuencias”.
Anunció una “revisión muy detallada” del tramo elevado de la línea 12, que ha quedado suspendida, así como un peritaje externo contratado a la empresa noruega Det Norske Veritas “para llegar al fondo de lo que pasó”.
No obstante, Sheinbaum descartó el cese de la directora del metro, Florencia Serranía, ni de otros funcionarios públicos hasta que se tenga el resultado de las investigaciones.
La gestión de Serranía está especialmente cuestionada desde que el pasado 9 de noviembre, cuando se incendió el envejecido centro de control del metro capitalino, dejando sin servicio seis líneas durante varios días y semanas.
Además, vecinos de la zona accidentada el lunes venían denunciado afectaciones en los pilares del puente desde el terremoto de 2017.
“Por lo que entiendo no había ninguna alerta de algún problema que nos pudiera llevar a esta situación. Por eso es indispensable el peritaje y no hacer ninguna hipótesis hasta que no la tengamos comprobada”, zanjó Sheinbaum.
LOS OJOS PUESTO EN EL CANCILLER
La polémica Línea 12 fue la magna obra del actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, durante su administración como alcalde del entonces Distrito Federal (2006-2012) para conectar las zonas humildes del sur de la capital.
En octubre de 2012, a pocos meses de terminar su mandato, Ebrard estrenaba sonriendo la línea, junto al magnate Carlos Slim, quien participó en las obras, y el entonces presidente Felipe Calderón.
Sin embargo, la llamada línea dorada, que llegó a ser la obra pública más costosa del momento en México y fue criticada por despilfarro, se convirtió en un quebradero de cabeza al presentar varias fallas que obligaron a suspender parte de su servicio entre 2014 y 2015.
Pablo Montes, coordinador anticorrupción del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), dijo este martes a Efe que el colapso del puente se explica por “una ineptitud técnica, negligencia y corrupción”.
Y añadió que “desde el inicio fue un proyecto problemático” caracterizado por un continuo aumento de los costos de la obra.
Ante los señalamientos, Ebrard se mudó en 2015 a París denunciando una persecución política, y regresó a la política mexicana en 2018 repescado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, como su canciller.
En rueda de prensa junto al mandatario, Ebrard dijo este martes que se pondrá a disposición de las autoridades por haber promovido la construcción de la línea y dijo que “el que actúa con integridad no debe temer a nada”.
Precisamente Ebrard y Sheinbaum son los principales nombres que suenan en las quinielas para suceder a López Obrador en 2024. EFE