FERNANDO FUENTES

Los trabajadores e inversionistas de la aviación nacional, vemos con alarma la pretensión del gobierno federal en autorizar el cabotaje en el espacio aéreo del país, con el so pretexto de bajar las tarifas de volar en avión, al permitir qué líneas extranjeras se apropien del mercado de pasajeros y carga de México, poniendo en riesgo no tan sólo la soberanía sino miles de empleos de trabajadores de la industria aérea del país.

Los trabajadores lamentamos que, sin el análisis previo que se requiere para entender una industria altamente compleja, se pretende reformar la Ley de Aviación Civil permitiendo el cabotaje aéreo y abriendo los cielos de México a empresarios extranjeros, sin darse cuenta del daño que ocasionaría a la aviación mexicana.

El cabotaje es una puerta falsa que nos llevará directo al precipicio.

Por falta de información y de experiencia, algunos representantes del Estado mexicano consideran que regalar los cielos sería conveniente para bajar el precio de los boletos.

La realidad es que permitir el cabotaje sería desastroso para el país.

El mejor ejemplo

El mejor ejemplo es cómo se maneja la industria de cruceros marítimos en el país: gracias al el esquema de cabotaje actualmente no existen empresas nacionales que puedan compartir en dicho mercado; para que se establezca una ruta hacia nuestro país es casi obligatorio suplicarles a las empresas extranjeras del ramo que lo hagan.

¡No queremos este final!

Vemos con dolor que se ha creado un ambiente de división y desinformación que a nadie nos conviene.

Da la impresión de que, los que hemos trabajado para enaltecer la industria aeronáutica mexicana por casi un siglo, hoy le estorbamos a nuestro país.

Este ambiente de incertidumbre y polarización nos tiene sumidos en una situación de violencia e inseguridad que atemoriza a la población.

Es importante enfatizar que los trabajadores de la aviación nacional hemos prestado ininterrumpidamente un servicio seguro y eficiente al pueblo de México, manteniendo conectado al país transportando a millones de turistas, hombres de negocios, correo, mercancías y medicamentos tanto en los buenos momentos, como en aquellos dolorosos que incluyen desastres naturales y epidemias, siempre velando por el beneficio de los mexicanos y la industria en general.