Martín Avilés / Ovaciones

Foto: Cuartoscuro.com

Carlos Sansores tenía 11 años de edad cuando encendió el televisor y escuchó sonar el Himno Nacional Mexicano. Era la mañana del 23 de agosto de 2008 y en la pantalla estaba María del Rosario postrada en lo más alto del podio, luego de ganar la medalla de oro en el taekwondo de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. La poderosa imagen de la sinaloense se quedó tatuada en la mente del quintanarroense y marcó su vida para siempre.

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La emoción de Sansores por ver a una compatriota triunfar de tal forma, lo acercó más al taekwondo, al grado que 16 años después, la de La Brecha, Sinaloa, pasó de ser su modelo a seguir, a convertirse en su amiga y mejor consejera. En la víspera de sus segundos Juegos Olímpicos, la memoria de la primera mujer que ganó una presea áurea en esta disciplina, lo inspira para regresar de París 2024 bañado en oro.

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— Comité Olímpico Mexicano (@COM_Mexico) April 8, 2024

“Recuerdo todavía ver a María Espinoza como campeona olímpica en Beijing 2008, creo que fue un momento en el que dije ‘qué bonito se ve que se gane una medalla olímpica’ y trabajé para eso. A lo mejor en un punto de mi vida no trabajé para unos Juegos Olímpicos pero sí para ser mejor en el taekwondo y tal fue mi pensar que poco a poco se dieron los resultados hasta poder representar a México en unos Juegos Olímpico”, dice Sansores en charla con OVACIONES.

Como parte de la Selección Mexicana de Taekwondo, Carlos Adrián pudo coincidir con Espinoza y aprender de primera mano su metodología de trabajo, además de abrazar esa mentalidad de hierro que la convirtió en la atleta nacional más exitosa de todos los tiempos. Ya retirada, ha colgado el dobok mas no se ha distanciado del equipo, pues sabe aprovechar esa exitosa carrera como deportista para encaminar a las nuevas camadas.

El consejo de María Espinoza a Carlos Sansores

Es por eso que cada vez que Sansores Acevedo necesita un refugio en medio de la vorágine de emociones provocadas la adrenalina en cada competencia, recuerda el mayor consejo que le dio María: “todo a su tiempo, que todo fluya y nada influya”. Es la frase que alguna vez le dijo Espinoza al taekwondoín y que ha convertido en mantra.

Tras los pasos de María del Rosario Espinoza, Carlos Sansores ha forjado su propio destino en el deporte de las patadas. El chetumalense logró el año pasado la plata en Bakú 2023, en la categoría +87 kg, al igual que en Manchester 2019, cuando se adjudicó el mismo metal; mientras que en Guadalajara 2022 se llevó todos los honores como local al colgarse la presea dorada.

Su 1.94m de estatura es imponente, y es casi tan grande como su humildad. Los logros cosechados en su prodigiosa carrera lo tienen como uno de los mejores deportistas de la actualidad, pero se mantiene con los pies bien puestos en la tierra, sabedor de que el camino es aún largo en los tatamis.

“Rockstar no soy, pero después de mi participación en Tokio donde perdí en la primera pelea, iba con todas las intenciones de ganar y finalmente el resultado no se dio. Esa competencia me ayudó poder cambiar un poco mis perspectivas de la vida, y hablo de la vida, porque es muy general, tanto mi vida profesional como de mi vida personal y todo eso me ha llevado adonde estoy. Me ha llevado a poder llegar a una competencia pleno y en mi mejor forma”, confiesa.

Tokio 2020, una derrota que lo inspira para París 2024

Tokio 2020 fue el golpe más duro de su carrera, cuando fue el único mexicano clasificado junto a Briseida Acosta. Desafortunadamente, ambos cayeron en primera ronda, con lo que se cortó una racha de cinco Juegos Olímpicos consecutivos con medalla para México. Ahora, para París 2024, Sansores repetirá pero esta vez junto a Daniela Souza como los únicos aztecas que participarán en esta disciplina, en busca de devolverle la máxima gloria a este país.

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“Sabemos que los Juegos de Tokio fueron unos juegos Olímpicos atípicos por el tema de la pandemia, no solo yo, sino toda la generación mexicana y todas las delegaciones del mundo también sufrieron las mismas situaciones que nosotros. Entonces sabemos que no estábamos acostumbrados a eso, realmente fue algo nuevo para nosotros y creo que con el tema que ya se normalizó se puede llegar a una mejor planeación, más campamentos, más viajes de competencia y eso ayuda a la hora de competir”, asegura.

A continuar tradición olímpica

Desde que el taekwondo fue introducido al programa olímpico en Sidney 2000, el país azteca se ha caracterizado por ser una potencia en la disciplina con siete medallas, dos oros, dos plata y tres bronces, que representan el 9.58% del total de 73 preseas obtenidas por México en su historia olímpica, siendo la cuarta disciplina que más ha aportado.

Sansores buscará acrecentar ese legado y seguir la estela de María del Rosario Espinoza, pues con su experiencia es ya un apoyo para las nuevas generaciones, a las que orienta con el objetivo de que se mantenga esta tradición olímpica para el taekwondo mexicano.

“Que el deporte sea apoyado en México se me hace muy bueno porque finalmente nosotros en mi caso, gracias a dios ya estoy clasificado a los Juegos Olímpicos, pero el tema de la inversión ya se hizo conmigo para ondear llegar y obtener mis resultados en el que soy campeón mundial, triple medallista mundial, ya se invirtió en Cañarlos Sansores y sé que el apoyo a largo plazo le va a convenir a esas generaciones que van empezando y estoy seguro que serán los próximos medallistas olímpicos y campeones del mundo”, finaliza.