La Ciudad de México mantiene una política de puertas abiertas hacia los migrantes, con la cual ha logrado que el 90 por ciento de quienes se encontraban viviendo en la calle cuentan hoy con alojamiento en albergues, cuya capacidad se duplicó de 370 a 700 espacios, garantizando alimentación, atención integral y acceso a derechos, afirmó la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, al refrendar el enfoque hospitalario de la capital frente a los flujos migratorios nacionales e internacionales.
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Al encabezar la conmemoración del Día Internacional de los Migrantes en el Bosque de Chapultepec, Brugada Molina sostuvo que migrar es un derecho humano y que la Ciudad de México mantendrá una política basada en derechos, en contraste con visiones que criminalizan la movilidad humana.
Señaló que la capital se ha construido históricamente como una ciudad de llegada y de encuentro, y que su carácter pluricultural es resultado de distintas olas migratorias.
La mandataria capitalina explicó que, al inicio de la actual administración, miles de migrantes y sus familias se encontraban en campamentos instalados en la vía pública, lo que implicaba condiciones de alta vulnerabilidad.
Ante ese escenario, indicó, se decidió ampliar y dignificar los albergues de la ciudad, con el objetivo de garantizar un techo y condiciones básicas de atención a esta población.
Detalló que los espacios de alojamiento fueron adaptados para permitir la estancia de familias completas y brindar atención diferenciada a grupos de atención prioritaria, como población LGBTIQ+ y migrantes con discapacidad.
Añadió que los albergues dejaron de ser espacios temporales de resguardo para convertirse en puntos de integración social, con servicios de salud, educación, cultura y deporte.
Brugada Molina destacó también la creación de un padrón digital de huéspedes, que reconoce a los migrantes como sujetos de derechos y les permite acceder a servicios de la ciudad a través de la plataforma Llave Huésped.
A partir de este registro, explicó, se ha articulado trabajo con distintas dependencias para facilitar el acceso a escuelas, trámites de identidad, espacios culturales, actividades deportivas y permisos de trabajo.
En su intervención, el secretario de Gobierno de la Ciudad de México, César Cravioto Romero, informó que en el último año se logró desactivar dos de los tres campamentos de migrantes que se encontraban en la vía pública, mientras que el tercero redujo de manera significativa su población y aseguró que actualmente la ciudad cuenta con capacidad suficiente en albergues para atender a los migrantes que así lo requieran, sin que tengan que vivir en la calle.
Cravioto Romero señaló que también se fortaleció la coordinación con embajadas de países de América Latina para facilitar procesos de repatriación voluntaria, y que el área de atención a migrantes se consolidó al integrarse a la Secretaría de Gobierno, lo que permitió mejorar la capacidad operativa y la coordinación institucional.
Por su parte, el coordinador general de Atención a la Movilidad Humana, Temístocles Villanueva Ramos, afirmó que la ciudad avanza en su consolidación como ciudad refugio, al sumar esfuerzos entre el gobierno local, organizaciones de la sociedad civil y agencias de Naciones Unidas, con el objetivo de impulsar la integración local de los migrantes.
Representantes de organismos internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia coincidieron en que la migración forma parte de la historia de la Ciudad de México y destacaron la relevancia de generar espacios de convivencia entre migrantes y comunidades de acogida.
El Bosque de Chapultepec fue elegido sede del encuentro por tratarse del principal espacio público de la ciudad y un punto de convivencia cotidiana, desde donde se buscó enviar el mensaje de que la integración de los migrantes debe darse en la vida comunitaria y en los espacios compartidos, y no desde la exclusión o la marginación.
La jornada incluyó actividades dirigidas a niñas y niños migrantes provenientes de los albergues de la ciudad, así como la entrega de equipos deportivos de futbol a menores originarios de Venezuela y Colombia, como parte de un torneo organizado en Chapultepec para promover la convivencia, la integración y el uso del espacio público.

Clara Brugada. | Foto: Aracely Martínez 


