Checo Pérez sabe que es ahora o nunca para poder cambiar la narrativa que se ha generado a su alrededor, luego de una racha de cinco carreras en las que solo ha podido cosechar ocho puntos, situación que lo ha rezagado en el Campeonato Mundial de Pilotos de la Fórmula 1. El mexicano finalizó octavo en el Circuit de Barcelona-Catalunya, situación que lo ha colocado nuevamente en la silla de los acusados en la víspera del Gran Premio de Austria, lugar de origen de Red Bull Racing, por lo que deberá sortear la presión de correr en casa.

No obstante, otro problema se asoma en el horizonte del jalisciense, que deberá apresurarse en la puesta punto del auto, ya que se trata del tercer fin de semana en formato Sprint Race del año en el Red Bull Ring. Desde que se instauró este formato en la máxima categoría del deporte motor en 2021, el tapatío ya ganó una vez una carrera rápida, ocurrió en Azerbaiyán 2023, por lo que no es un terreno desconocido para él.

“Este fin de semana en Austria tenemos todo listo para tener un fin de semana más limpio, el equipo y yo sabemos dónde debemos mejorar y hacer cambios y los implementaremos. Entonces mi trabajo es sacar el máximo provecho del coche, tendremos carreras limitadas debido al fin de semana de Sprint, por lo que necesito aprovechar al máximo la primera práctica y atacar la clasificación y el Sprint desde el principio”, dijo a Racing News 365 en la previa de la carrera en Spielberg.

El azteca de 34 años de edad llega a la carrera de casa después de finalizar a un minuto de Max Verstappen en España, donde el neerlandés consiguió la victoria en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Y a pesar de que ha querido dar vuelta rápidamente a la página, el tener que competir ante los ojos de los máximos dirigentes de Red Bull no le ha ayudado demasiado.

“Tuve un fin de semana difícil en España, pero hemos aprendido de él. Tuve problemas con el equilibrio del coche durante todo el fin de semana. No pudimos conseguir una puesta a punto consistente y en una ventana para la clasificación o para correr la carrera que queríamos, la penalización en la parrilla también nos perjudicó”, reconoció.

Checo no puede permitirse otro mal fin de semana, mucho menos en el Red Bull Ring. A menudo, Pérez Mendoza necesita tiempo para adaptarse al fin de semana, pero esta vez no hay margen de error y tiene que rendir al máximo desde el momento en que se suba al auto, si es que quiere algo de paz en este turbulento año en el que coincidió con su renovación por dos años con la escudería de las bebidas energéticas.

“Queremos y necesitamos un fin de semana completo. Austria siempre es una gran carrera, es la casa de Red Bull y eso crea una atmósfera brillante, estoy deseando que llegue”, puntualizó.