Martín Avilés / Ovaciones
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En el futbol moderno y su predecible devenir que fluye al ritmo del capital, equipos como el Club Deportivo Guadalajara son sinónimo de revolución. Las Chivas encarnan los más profundos valores que cimentaron la Liga MX y recuerdan al mundo que la grandeza —al menos en México— no se mide en cuán extensas son las cuentas bancarias ni en el número de figuras extranjeras en un plantel.
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Hace 118 años inició la historia del equipo con más tradición del futbol mexicano. Un 8 de mayo pero de 1906, un joven de nacionalidad belga, llamado Edgar Everaert, quien había llegado a Guadalajara para trabajar en los almacenes Ciudad de México a cambio de un módico sueldo de cinco pesos mensuales más alojamiento y comida, ideó —sin imaginarlo— la que es hoy la institución más grande del futbol mexicano.
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La narrativa del nacimiento del Rebaño Sagrado puede parecer contradictoria al tratarse de un migrante belga el que sentó las bases de lo que se convirtió en un equipo que juega solamente con futbolistas de sangre mexicana, pero no es sino el epítome del surgimiento de una sociedad mexicana que halla su identidad en el mestizaje.
Todo es ideología y ni siquiera el futbol está exento de sostener sus fueros en una base ideológica desde todo club soporta los embates naturales de su contexto. La escuadra rojiblanca es genuina y posee una pureza inigualable, por ello, ha tenido la resiliencia como su mayor característica, a pesar de haber sufrido severos golpes a lo largo de su vida.
El cambio de nombre y el nacimiento de la identidad en Chivas
Pero desde sus entrañas, Chivas fue hecho de los materiales más sólidos. Fundado como el Unión Football Club, sus primeros partidos los disputaron con una camiseta blanca. El equipo del Gimnasio Atlético Occidental fue su primer rival y el equipo que recién había nacido, tuvo como primer entrenador de su historia a Rafael Orozco, quien también fue su primer presidente.
Bajo el mando de Orozco, llegaron por primera vez las rayas rojas y blancas, un auténtico emblema de la Perla de Occidente, sugerido por el propio Everaert, quien pidió que se replicaran los colores de la bandera de la ciudad de Brujas, Bélgica, de donde era originario. Y no solo eso, el mayor cambio en la historia del club se dio cuando era tal la fama que comenzaba a adquirir el Unión, que el entusiasta belga también propuso adquirir el nombre de la ciudad para rebautizar al equipo, tal y como ocurría en Europa.
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Fue entonces que el 26 de febrero de 1908 se gestó oficialmente el cambio de nombre a Guadalajara, mismo que causó un impacto tan positivo en la sociedad tapatía de principios del siglo pasado, que de esa forma se hizo acreedor de una efervescente popularidad, a tal grado, que más de 100 años después es la institución más famosa del futbol mexicano en el mundo.
¿Cuándo inició Chivas en la época profesional?
El equipo rojiblanco cada vez ganaba más y más adeptos no solo en la capital jalisciense sino a lo largo y ancho del país. En sus filas contaba con jugadores belgas, franceses, españoles y mexicanos, pero era tal la identidad que sentía la afición local, que cuando el club ingresó al profesionalismo en la temporada 1943-44, se decidió contar en su plantilla sólo con elementos mexicanos, para fortalecer ese vínculo ideológico que ya estrechaba con la comunidad.
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Tras conquistar 13 campeonatos en la época amateur, se sumó a los esfuerzos para consolidar la Liga Mayor, fundada entre 10 equipos de distintas ligas regionales del país, como el propio Guadalajara y Atlas de la Liga de Occidente; el América, Asturias, España, Marte y Moctezuma que ya estaban en los inicios de la Liga Mayor; así como el ADO y el Veracruz de la Liga Veracruzana. El Rebaño debutó oficialmente en el profesionalismo el 21 de octubre de 1943, en el Parque Asturias de la Ciudad de México donde venció por 4-1 al Atlante, con el legendario Pablo González, como el primer anotador en la historia del club.
¿Por qué Chivas?
Cinco años más tarde, llegaría de manera inesperada un apodo que surgió como burla y se transformó en un motivo de orgullo a través de los años. El l 30 de septiembre de 1948, después de un encuentro contra el Tampico, el periódico El Informador tituló: “JUGARON A LAS CARRERAS Y GANARON LAS ‘CHIVAS’ UNO A CERO”. Los seguidores del odiado vecino Atlas usaron ese titular para mofarse del conjunto rojiblanco, sin embargo, el tiro les salió por la culata a los rojinegros y Chivas se convirtió en el mote más famoso del futbol nacional.
El Campeonísimo y la melancolía rojiblanca
Así, tras largos años de adaptación, por fin llegó la época más gloriosa del chiverío, con el llamado Campeonísimo, nombre que se le dio al glorioso plantel que poseía el Guadalajara en la etapa comprendida entre 1957 y 1970, gracias a que estos jugadores lo ganaron todo, con ocho títulos de Liga, dos Copas México, seis títulos de Campeón de Campeones, un trofeo de la Concacaf y tres Pentagonales Internacionales, entre otras múltiples condecoraciones.
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De aquella gran camada de futbolistas que dieron las mayores glorias al Rebaño Sagrado, destacaban Jaime Gómez, José Villegas, Juan Jasso, Sabás Ponce, Héctor Hernández, Tomás Balcázar y Salvador Reyes, entre otros. Todos ellos, engrandecieron al club de tal manera que tuvo que pasar casi medio siglo para que en medio de la vorágine del futbol moderno y secundado por el poder y la influencia de Televisa, el América pudiera superar a Chivas en títulos.
Sin embargo, el inexorable paso del tiempo cobró factura y tan pronto arrasó con cada una de las figuras del Campeonísimo, dejó un hueco profundo en el Rebaño Sagrado, que tardó 17 años en llenar. El resurgimiento se dio a finales de la década de los 80 con una nueva generación de jóvenes forjada desde las entrañas de las fuerzas básicas del club y de la mano del profesor Alberto Guerra en el banquillo.
El campeón del 87 y el último suspiro del futbol que se fue
Javier ‘Zully’ Ledesma, Fernando Quirarte, Demetrio Madero y Ricardo ‘Snoopy’ Pérez, además de la contratación de uno de los medios mexicanos más finos de la historia, Benjamín Galindo, fueron nombres que le dieron una nueva mística a Chivas. A esa sólida base de futbolistas sumamente identificados con los valores del equipo se añadieron otros más como Eduardo, José Manuel y Néstor de la Torre, así como Omar Arellano Nuño para por fin conquistar el noveno título de liga en 1987.
Las Súper Chivas condenaron al Guadalajara
Diez años más tarde, en el torneo de Verano 1997, emergieron las Súper Chivas, equipo de época al estar plagado de figuras como Claudio Suárez, Joel Sánchez, Camilo Romero, Alberto Coyote, Ramón Ramírez, Manolo Martínez, Gustavo Nápoles y Paulo César Chávez, entre otros. Liderado por Ricardo ‘Tuca’ Ferretti, ese equipo ganó una Final con maatices épicos ante los Toros Neza, un club de nicho liderado por Enrique ‘Ojitos’ Meza y con jugadores como Antonio Mohamed, Rodrigo ‘Pony’ Ruiz y Germán Arangio en sus filas.
Pero como bien enuncia a Tercera Ley de Newton, toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto. Y aquel despilfarro de dinero en grandes fichajes terminó por cobrar una factura de tal magnitud que cambió para siempre la historia del Guadalajara. Para 2002, las finanzas rojiblancas estaban en números rojos. El magnate empresario Jorge Vergara vio la oportunidad y no lo dudó dos veces para comprar la mayoría de las acciones del club para transformarlo en una Sociedad Anónima.
La polémica era Vergara
Este polémico cambio es aún cuestionado entre la afición que se debate entre si fue una situación benéfica o perjudicial para el Rebaño Sagrado. Lo cierto es que aunque deportivamente, la era Vergara solo ha traído consigo dos títulos de liga en 22 años, ha habido solidez económica en la gran mayoría de este episodio e incluso se pudo construir una moderna casa propia con el Estadio Akron. Sin embargo, fue en este periodo en el que el equipo azulcrema superó en campeonatos al Guadalajara.
Si bien medir en títulos la grandeza es un error, sobre todo en un contexto como el del futbol mexicano donde las mayores decisiones y polémicas pasan por el estrecho vínculo entre Televisa, dueña del club milloneta y la Federación Mexicana de Futbol, lo cierto es que al chiverío cada vez le cuesta más el poder competir con solamente jugadores con sangre azteca en el campeonato mexicano, donde los grandes fichajes internacionales sientan marcadas diferencias con el promedio de jugadores nacionales.
Resiliencia rojiblanca ante el futbol moderno
Cierto es que toda ideología encuentra un reconfortante apoyo emocional en la afición y pocos son los fanáticos rojiblancos que piden traicionar esta añeja tradición de solo jugar con mexicanos. Chivas es una figura mitológica de alcance mundial y más allá de las limitantes, los aficionados solo piden que sus jugadores actúen en consecuencia y si se ha de morir, se haga con la frente en alto.
El Guadalajara es un fenómeno social y cultural. Posee un vínculo tal con la identidad nacionalista que, como el mismo club, agiganta el viciado futbol local y lo trasciende gracias a esa ideología tan única como lastimada en la actualidad. Chivas celebra 118 años de grandeza mientras se debate en la forma en que pueda cosechar éxitos por racimos en una modernidad asfixiante para una tradición que luce más caduca que nunca y solo le queda su eterna resiliencia.