Colima rara vez aparece en los titulares nacionales. Es un estado pequeño, con menos de un millón de habitantes, sin la exposición de los grandes bastiones políticos. Pero hoy, es una bomba de tiempo para Morena y la presidenta Claudia Sheinbaum.
Mientras el foco se ha centrado en otros estados con figuras polémicas, como Rubén Rocha Moya en Sinaloa o Cuauhtémoc Blanco en Morelos, Colima ha estado fuera del radar. Pero un vistazo más profundo revela que su gobernadora, Indira Vizcaíno, enfrenta una crisis de violencia, corrupción y nepotismo que puede costarle caro a su partido.
ALTA VIOLENCIA
Manzanillo, el puerto más importante del Pacífico mexicano, es un punto estratégico para el comercio internacional y, desafortunadamente, para el narcotráfico. El tráfico de precursores químicos para la producción de drogas sintéticas lo ha convertido en un territorio en disputa, y los cárteles han respondido con una ola de violencia sin precedentes.
En noviembre de 2024, el contraalmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar, de la Marina, fue asesinado en Manzanillo. Semanas antes, otro miembro de la Marina corrió la misma suerte. En enero de este año, la gobernadora designó a su tercer secretario de Seguridad, Contralmirante Gerardo Romero Santana, un hecho similar a lo que pasa en el Tabasco de Javier May, quien cambia de mandos de seguridad de manera constante.
Colima ha sido por dos años consecutivos el primer lugar en el ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo. Con una tasa de 97.8 homicidios por cada 100,000 habitantes en 2024, supera por mucho a cualquier otro estado del país. Para ponerlo en perspectiva, Yucatán tiene una tasa de 1.8.
DINERO PERDIDO
Colima arrastra un desfalco de 155.8 millones de pesos destinados a seguridad en los últimos ocho años, de los cuales el 90% corresponde a 2023, bajo la administración de Indira Vizcaíno.
Según la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el gobierno de Colima no pudo justificar 112 millones de pesos destinados al mantenimiento y arrendamiento de vehículos de seguridad pública. No hay facturas, contratos ni pruebas de que los servicios se hayan prestado.
Colima, que sufre la peor crisis de violencia de su historia, desapareció dinero destinado a su propia seguridad. ¿Coincidencia?
NEPOTISMO
En octubre de 2024, una investigación del periodista Óscar Adrián Luna reveló que al menos 25 familiares de altos funcionarios de Colima están colocados en el gobierno estatal, algunos con sueldos superiores a los 40 mil pesos mensuales.
El caso fue retomado por Movimiento Ciudadano, que denunció a Vizcaíno ante la Contraloría General del Estado por tráfico de influencias. La oposición la acusa de convertir al gobierno en una agencia de colocación de amigos y parientes, mientras el estado sufre una crisis de seguridad y transporte público.
Pero hay un punto clave: este escándalo es una carga para Claudia Sheinbaum. La Presidenta presentó una reforma constitucional para prohibir el nepotismo en los tres niveles de gobierno, una de sus principales iniciativas.
¿Se puede sostener un discurso anticorrupción cuando un gobierno estatal del mismo partido es señalado por desvíos y nepotismo?
A diferencia de otros gobernadores incómodos de Morena, Indira Vizcaíno ha logrado mantenerse fuera del ojo público. No tiene la exposición mediática de Rocha Moya, ni el historial de escándalos de Cuauhtémoc Blanco. Sin embargo, su gobierno representa un problema que tarde o temprano saldrá a la luz.
Colima es un estado pequeño, pero con una crisis grande. La pregunta es cuánto tiempo más podrá mantenerse fuera del radar. Porque si algo está claro es que, lo que pase en Colima no se quedará en Colima.



