Comunicación en la Revolución Mexicana

GERSON HERNÁNDEZ MECALCO ¿Cómo se comunicaban los caudillos de la Revolución Política Mexicana? A 113 años es importante e interesante explicar sus herramientas de Comunicación Política. Doroteo Arango, obviamente, no tenía X, Emiliano Zapata no transmitía sus cabalgatas por Chinameca, Morelos a través de TikTok, ni Francisco I. Madero grabó mensajes en Instagram. Actualmente la

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GERSON HERNÁNDEZ MECALCO

¿Cómo se comunicaban los caudillos de la Revolución Política Mexicana? A 113 años es importante e interesante explicar sus herramientas de Comunicación Política. Doroteo Arango, obviamente, no tenía X, Emiliano Zapata no transmitía sus cabalgatas por Chinameca, Morelos a través de TikTok, ni Francisco I. Madero grabó mensajes en Instagram. Actualmente la clase política prefiere los espectaculares disfrazados de portadas de revistas para darse a conocer, entre muchas otras triquiñuelas. Pero mejor vamos por partes:

Telégrafo: Fue decisivo en diversas etapas de la historia de nuestro país. Muchos caudillos lo utilizaron como una herramienta de Comunicación Política a partir de 1910, para comunicar con sus pares; los movimientos estratégicos y enviar información. La electricidad sirvió como un insumo político para que se desenvolvieran las ofensivas revolucionarias. Sin embargo, fue durante el gobierno del General Porfirio Díaz, cuando se potencializó su uso. Diariamente llegaban a su oficina mensajes políticos de lo que ocurría en territorio nacional; desde actividades educativas, nuevas plagas, hasta la llegada y salida de mercancías de los puertos. Nadie se imaginó el cinco de noviembre de 1851, cuando se inauguró en el país la primera línea telegráfica por el presidente Mariano Arista, la importancia de este aparato.

Palomas mensajeras: Se utilizaron desde el Antiguo Egipto (1350 a. C.). Existen muchas anécdotas de estas aves; pero Gustav, fue una paloma mensajera de origen inglés, que durante la Segunda Guerra Mundial fue clave para los objetivos de los Aliados. También llamada colombofilia, entendida como la actividad para la cría y adiestramiento de palomas para convertirlas en mensajeras, capaces de volver a su palomar; es un medio estratégico de comunicación, en conflictos bélicos, gracias a su habilidad de recorrer grandes distancias sin ser capturadas; ni los drones tienen esa agilidad. Recordemos que en tiempos de los Griegos, se usaron, en medio de las treguas de guerra, para comunicar quiénes eran los ganadores de los juegos olímpicos. Durante la época revolucionaria en México, diversos caudillos utilizaron estas aves de las tempestades, para comunicar mensajes cifrados.

Cine: El Presidente Porfirio Díaz, gracias a su gusto por la cultura francesa, consolidó el afrancesamiento. Por esa razón invitó a nuestro país, a los hermanos Lumiere, creadores del cinematógrafo, con el objetivo de continuar con su estrategia cultural. Al inicio el objetivo fue grabar las actividades cotidianas del general Díaz; sin embargo, sirvió para documentar y estigmatizar a los enemigos del caudillo de Oaxaca. Años después otros personajes de la Revolución, como Álvaro Obregón y Francisco I. Madero contaban con staff de cine dirigidos que no solo seguían sus pasos, si no generaban historias propagandísticas.

En este mismo sentido, Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, capitalizó su popularidad, y generó interés en directores norteamericanos, para que grabaran sus batallas. Incluso en la construcción histórica de México se asegura que “El Centauro del Norte” financió a productores estadounidenses para que grabaran sus recorridos. “De hecho, hay quienes aseguran que la famosa Batalla de Celaya no fue real, sino que el mismo Villa la coreografió para lucir victorioso”. Más detalles se pueden leer en Pancho Villa, biografía en dos tomos de Friedrich Katz, donde se platica que muchas de las fotografías del oriundo de Durango, fueron perfectamente producidas con paisajes y caballerías que comunicaban su poder.

Prensa: Ya casi para terminar, el periodismo sirvió como propaganda en marzo de 1908, cuando el periodista norteamericano James Creelman, entrevistó para Pearson’s Magazine a Porfirio Díaz, en el marco de las elecciones presidenciales; y fue ahí que desde el Castillo de Chapultepec, y el número uno declaró: “He esperado pacientemente por que llegue el día en que el pueblo de la República Mexicana esté preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas, sin lesionar el crédito nacional y sin interferir con el progreso del país. Creo que, finalmente, ese día ha llegado”. El telégrafo, las palomas mensajeras, el cine y la prensa fueron herramientas utilizadas por los caudillos que a la postre conformarían parte de la construcción histórica de bronce de nuestro país.

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