MARTÍN AVILÉS

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La historia de la NFL cambió para siempre en el momento preciso en que Mo Lewis golpeó tan fuerte a Drew Bledsoe, que lo dejó conmocionado en el césped. El 23 de septiembre de 2001 parecía un domingo cualquiera en Foxborough, Massachussets, cuando un joven de lánguido aspecto sustituyó al quarterback titular de los Patriots. Nadie imaginó que era el inicio de la carrera más memorable, en la que ganaría más anillos de Super Bowl que cualquier franquicia. Ahora, 22 años después, inicia la era post Tom Brady, con Patrick Mahomes como heredero natural y una camada de jóvenes que crecieron con ‘The GOAT’ como inspiración.

Muchas cosas han cambiado desde entonces. En 2001, las Torres Gemelas recién habían sido derribadas, los teléfonos inteligentes no eran ni siquiera una utopía de ciencia ficción y los New England Patriots tenían vacías sus vitrinas, algo que no parecía que pudiera cambiar con un mariscal de campo elegido con el pick 1999 global del Draft del 2000. Pero TB12 llegó para cambiar el destino de esa franquicia al brindarles seis de los siete trofeos Vince Lombardi que individualmente acumuló, toda vez que se dio el lujo de ganar uno más con Tampa Bay Buccaneers en la 2020.

La nostalgia por Brady caerá como nieve en el verano y no porque a alguien pudiera asombrarle que anunciara su retiro con 46 años, sino porque se había convertido en parte de la cotidianidad en un entorno que lo odió y amó a la vez debido a la natural animadversión por las hegemonías pero que igualmente se ganó un profundo respeto por su mentalidad de acero y esa meticulosa disciplina que lo mantuvo tan próspero como longevo durante 22 temporadas. Pero la vida sigue y la NFL está más que preparada para ser un lienzo en blanco donde nuevos artistas plasmarán sus más épicas obras.

Ya el natural sucesor de Brady, Pat Mahomes, ha dado muestras de que los tiempos después del más grande jugador que haya existido, no pueden ser tan malos. Con sus Kansas City Chiefs, el prodigioso pasador egresado de Texas Tech ha asombrado al mundo al asistir a tres de los últimos cuatro Super Bowls con una facilidad asombrosa. El equipo del Oeste de la AFC ha conquistado dos títulos en ese lapso de cuatro años a cambio de una derrota registrada en la temporada 2020 cuando el dios tiempo quiso juntar pasado y futuro en un presente disruptivo en el que el duelo más esperado de la época moderna tuvo en Brady a su vencedor.

La era de Mahomes comenzó aún con Brady en la liga, pero no le será fácil superar los logros del culpable de que en su mano solo hayan dos anillos. Las NFL es cada vez más competitiva y talentos del pasado como Aaron Rodgers, quien recién cambió a los Green Bay Packers por los New York Jets, le hará la vida imposible. También está Joe Burrow, quien igualmente ya tuvo un viaje al Súper Domingo en la campaña 2021 cuando los Cincinnati Bengals cayeron ante los poderosos Los Ángeles Rams.

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La liga se ha rejuvenecido tanto que, de hecho, los New York Jets tienen en Rodgers al jugador y la plantilla en general de mayor edad de la liga de cara a la naciente temporada con un promedio de 27 años y cuatro meses; en tanto, A-Rod es el más veterano de la muestra tras el retiro definitivo de TB12 con 39 años, nueve meses. Será la primera vez desde que Brady cumplió 40 años en 2017 que no habrá un jugador de 40 años o más en algún roster. De hecho, los Bucs pasaron de ser el equipo más longevo al más joven entre los 32 equipos debido al ‘efecto Brady’. Ahora, con 13 novatos en su plantilla inicial de 53 jugadores, tienen la mayor cantidad de debutantes en la liga.

La edad promedio de cada jugador para esta campaña es de 26 años, 4 meses, lo que se traduce en una fecha de nacimiento promedio del 9 de abril de 1997. Hay seis equipos cuya edad promedio en la plantilla es inferior a 26 años y hay 24 cuya edad promedio de su plantilla está entre 26 y 27 años, mientras que solo dos tienen más de 27 años, los mencionados Jets de Rodgers y los New Orleans Saints.

Es así que en una rejuvenecida liga, la competencia será feroz. Una guerra sin cuartel. Los pases sin ver de Rodgers provocarán un frenesí nunca antes visto en Metlife Stadium, mientras que los sprints en campo abierto de Tyreek Hill volverán a ilusionar a la golpeada franquicia de los Miami Dolphins. En Dallas, la expectativa sobre quién será su mariscal de campo en el mediano plazo tras el arribo de Trey Lance quien pisará los talones de Dak Prescott, tendrá impaciente a una afición ávida de éxitos, toda vez que desde 1996 no celebran un título. En Foxborough, Bill Belichick continuará obsesionado con demostrar al mundo que puede ser exitoso sin Brady y en Pittsburgh, su suerte dependerá de qué tan sano esté el mejor cazamariscales de la liga, TJ Watt.

Será una temporada de revelación en la Bahía, donde Brock Purdy deberá lidiar con la presión de ser el responsable de la ofensiva de los San Francisco 49ers ya sin el factor sorpresa de ser Mr. Irrelevant. Las Vegas será la misma fiesta de siempre con un pasador cumplidor como Jimmy Garoppolo quien difícilmente elevará el nivel demostrado por Derek Carr, quien en la temporada baja se mudó a New Orleans donde no ha salido del gimnasio en busca de su revancha.

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En los casinos de Las Vegas, el gran favorito para llevarse el título en el próximo Super Bowl LVIII son los vigentes campeones Chiefs por +650. Pero la misión parece difícil para los pupilos de Andy Reid, ya que desde 2004 —es decir, hace 20 años— cuando los Pats de Brady lo hicieron por última vez, un campeón no repite en temporadas consecutivas. Una muestra del alto de competitividad en la liga. Detrás de KC, San Francisco es el segundo favorito para las casas de apuestas, seguido por los actuales reyes de la Conferencia Nacional, Philadelphia Eagles de Jalen Hurts, los Buffalo Bills de Josh Allen y los Cincinnati Bengals de Joe Burrow.

La mesa está puesta. Este jueves 7 de septiembre, los Chiefs buscarán dar el primer paso en su intento por ser bicampeones cuando se enfrenten a los Detroit Lions en el tradicional kickoff de la temporada 2023. El equipo de Jared Goff y Aidan Hutchinson tratará de dar un golpe en la mesa en Arrowhead Stadium contra todo pronóstico. Bienvenidos al Año I de la era post Brady, el primero de una nueva etapa en la NFL sin el mejor de todos los tiempos.