La primera vez que Dafne Navarro subió a un trampolín, el rebote la sacudió. Pero nunca dejó de sonreír. Aquella niña de Guadalajara, Jalisco, lo intentó de nuevo; una y otra vez hasta que nunca más se bajó de esa malla elástica, que se volvió su obsesión. Saltó tan alto que incluso rozó el cielo cuando se convirtió en la primera mexicana en unos Juegos Olímpicos en esta especialidad de la gimnasia en Tokio 2020. Y aunque el destino le arrancó la posibilidad de repetir en París 2024, su sonrisa jamás se borró.

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Nacida el 30 de enero de 1996, Dafne Carolina Navarro Loza erizó la piel de un país entero cuando —entre cubrebocas y extremas medidas sanitarias— apareció resplandeciente en el Ariake Gymnastics Centre de la capital japonesa con saltos que parecían imposibles. Y así pudo firmar un honroso octavo lugar. La tapatía se mecía en los cuernos de la luna, pero a partir de ahí, el siguiente ciclo olímpico para París le propinó la más dolorosa caída.

“Fue complicado, sí me dolió mucho el ver la competencia, el no estar ahí sabiendo que tenía todo el potencial, me quedé a dos lugares. En las Copas del Mundo siempre había algo que pasaba que justo en el momento de la competencia, algo me salía mal, y me quedaba siempre cerca de pasar. Sí fue complicado, pero también fue un peso menos de encima el decir ‘bueno, pues ya no clasifiqué, no pasa nada, no es el fin del mundo’”, dice Dafne en entrevista con OVACIONES.

“Ahora lo veo como un poco una perspectiva diferente, para París me auto presioné muchísimo, sentía que las instituciones me estaban presionando, pero todo era un poco más extra mío. Ahorita lo veo como ir año por año y paso por paso; lo estoy disfrutando más este ciclo olímpico que ya empezó con menos estrés. Dije ‘lo voy a intentar y si no sale no pasa nada’ y creo que quiero disfrutar estos años del ciclo olímpico al máximo y ver qué pasa”, refuerza.

Del trago amargo por no ir a París 2024, a una renovada Dafne Navarro que se refugia en Canadá

Hace un par de meses, Navarro demostró que está de vuelta. La jalisciense se posicionó en el segundo lugar individual en el Panamericano de Gimnasia Trampolín, que se desarrolló en Ciudad Merliot, El Salvador. Y no conforme, junto a Mariola García, conquistaron la medalla de oro en la modalidad de trampolín sincronizado senior.

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“Empezó muy bien esa primera competencia internacional del ciclo. Estoy muy motivada. Cambió un poquito el código de puntuación, cambió la dificultad, entonces el código está creado más para que las mujeres hagan un poquito más de dificultad, un poco más de triples. Yo he estado viendo videos de distintas chicas en todo el mundo y digo, ‘yo también quiero hacer eso’”, dice.

Para lograrlo, la gimnasta de 29 años se ha puesto en manos del canadiense Dave Ross, un histórico entrenador de trampolín olímpico. Actualmente, Dafne se concentra en Toronto, Canadá, donde el experto en la disciplina —que incluso creó sus propias camas elásticas tejidas bajo su propia empresa, Rebound Products Inc.— le ayuda a pulir los nuevos elementos de sus rutinas.

“Estoy contenta de estar aquí. Tenía casi dos años que no venía a Toronto. Me he divertido mucho, sí, con un poquito de miedo, pero Dave Ross hace que salgas de tu zona de confort muchísimo y eso es bueno. Te hace hacer cosas que ni siquiera creías que podías hacer. Lleva más de 50 años siendo entrenador, entonces si dice ‘haz esto’, pues dices, ‘bueno, él sabe más’. Así que te avientas, lo haces y dices ‘¡wow! Nunca creí poder hacer esto’. Es muy importante en esta etapa que inicia el ciclo olímpico, poder hacer elementos nuevos, rutinas nuevas”, cuenta.

Con el Campeonato del Mundo en la mira de Dafne

Navarro Loza estará una semana más en Canadá, para después regresar a México, a la espera de tener en su agenda alguna competencia que le dé fogueo antes del Campeonato del Mundo en Pamplona.

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“Me ha motivado mucho ver que la gimnasia de trampolín está cambiando, está evolucionando y también esta competencia que hubo en el Panamericano me ayudó, ha empezado bien este ciclo, así que no voy a aflojar para nada”, asegura Dafne, sabedora de que cada vez hay más talento en su deporte.

“Estamos más o menos con la misma dificultad. Hay una chica de Azerbaiyán que ahorita está haciendo mucha dificultad, entonces estoy buscando hacer una rutina parecida y también el entrenador de aquí me propuso una rutina con bastante grado de dificultad. He estado trabajando en eso, pero toma tiempo. Para poder hacer esa rutina va a tomar más o menos un año, pero creo que es posible hacerlo. Si lo hago, sería la única mujer en hacer esa rutina. Esperemos a alguien no se me adelante, pero estoy emocionada”, dice.

Actualmente, la mejor atleta en el ranking mundial de gimnasia en trampolín es la rusa Sofía Aliaeva, de tan solo 17 años de edad, mientras que Seljan Mahsudova, de Azerbaiyán, es quien presume la más innovadora rutina y está en el séptimo lugar. Ante ese panorama, sabe que debe ir de a poco hasta poder superarlas en el Campeonato del Mundo de noviembre próximo.

“Vamos a ir paso por paso. Primero en la Quali, buscar la Semifinal, que son las primeras 24 y ya en la Semifinal, es buscar tener una rutina muy estable, con buen grado de dificultad, que esté con buena altura y con buena ejecución para poder pasar a la Final. Ahorita ya no solo es la potencia de Bielorrusia, Rusia y China, sino hay bastantes, unas cinco o seis gimnastas; una de Nueva Zelanda, la de Azerbaiyán, otra chica de Canadá. Entonces se reducen los lugares para la Final, pero también pues creo que es posible”, explica.

La niña de 11 años que viajó a Rusia y sueña con Los Ángeles 2028 con el apoyo familiar

Dafne tenía 11 años cuando participó por primera vez en un evento mundial de la especialidad en Rusia. Con el incondicional apoyo de su familia, fue que pudo realizar ese viaje, y ese mismo sostén la ayudó a no derrumbarse cuando quedó fuera de París 2024. Ahora, la meta está puesta en Los Ángeles 2028, mientras tanto, Navarro Loza sigue en busca de la perfección en sus ejecuciones, con esa misma rutina previa a cada competencia que consiste en escuchar música, cerrar los ojos y meditar para despejar la mente.

“Voy a ir paso a paso, año con año, empezando con los Centroamericanos, luego Panamericanos, que es el proceso hacia Los Ángeles. Si se da y llego a Los Ángeles, me gustaría volver a estar en una Final, repetir esa Final y estar en el Top 5, que es mejorar mi resultado de Tokio. Pero ahorita estoy enfocándome en disfrutar lo máximo este ciclo olímpico e ir sin presiones. Creo que esa es la forma correcta de ir y hacer este ciclo olímpico que se pasa súper rápido, ¡ya en tres años!”, finaliza.