ABRAHAM PUEBLA A.
Foto: Cuartoscuro
Los ratones, esos pequeños roedores que comparten nuestro entorno cotidiano, demuestran ser más sorprendentes de lo que podríamos haber imaginado. Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista Neuron, revela que los ratones también exhiben comportamientos de autorreconocimiento al mirarse en un espejo. Este fascinante descubrimiento proporciona nuevas perspectivas sobre los procesos neuronales asociados con el autorreconocimiento, que hasta ahora habían sido un enigma para la ciencia neuroconductual.
Los científicos, liderados por el renombrado neurocientífico Takashi Kitamura de la Universidad de Texas, llevaron a cabo experimentos ingeniosos para explorar cómo los ratones reaccionan al ver sus propias imágenes reflejadas. Aplicaron pequeñas manchas de tinta en la frente de ratones de pelaje negro y observaron su respuesta frente a un espejo. Los resultados revelaron que, al igual que los humanos, los ratones son capaces de detectar cambios en su apariencia.
Lo más intrigante fue la observación de que los ratones más familiarizados con los espejos dedicaban considerable tiempo a acicalarse la cabeza frente a ellos, especialmente cuando se les marcaba con gotas de tinta blanca. Parece que, al enfrentarse a una alteración en su apariencia, estos roedores buscan activamente limpiarse. Sin embargo, el estudio reveló matices: manchas de tinta demasiado pequeñas o del mismo color que su pelaje apenas despertaban interés en estos curiosos ratones.
Los investigadores identificaron un subconjunto específico de neuronas en el hipocampo de los ratones que desempeñan un papel crucial en el desarrollo y almacenamiento de la autoimagen visual. Este hallazgo representa un paso significativo hacia la comprensión de los mecanismos neuronales detrás del autorreconocimiento en los mamíferos.
Según Kitamura, “Para formar la memoria episódica de acontecimientos de nuestra vida cotidiana, los cerebros forman y almacenan información sobre dónde, qué, cuándo y quién, y el componente más importante es el autorreconocimiento”. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la cognición de los ratones, sino que también plantea preguntas sobre la similitud de estos procesos entre especies.
Los experimentos adicionales, como la desactivación selectiva de ciertas neuronas, demostraron la relación directa entre la activación de estas células y el comportamiento de acicalamiento inducido por el espejo. Sorprendentemente, el estudio también reveló que los ratones mostraban interés similar al observar a otros ratones de la misma cepa, subrayando la importancia de la experiencia social en el autorreconocimiento.
Sin embargo, el aspecto social resultó crucial. Ratones aislados socialmente o criados junto a ratones de pelaje diferente no exhibieron el mismo comportamiento de acicalamiento frente al espejo, lo que sugiere que las experiencias sociales con individuos de aspecto similar son fundamentales para el desarrollo de los circuitos neuronales necesarios para el autorreconocimiento en estos roedores.
Este fascinante estudio no solo amplía nuestro entendimiento de la cognición animal, sino que también plantea preguntas intrigantes sobre la naturaleza del autorreconocimiento en el reino animal. Los hallazgos abren la puerta a futuras investigaciones que podrían tener implicaciones tanto en el ámbito de la neurociencia como en la comprensión de la cognición en diversas especies.
