MARTÍN AVILÉS

Foto: EFE

El último bastión del Big 3 no tiene pensado ceder la estafeta generacional. Novak Djokovic sigue tan genial como siempre, porque en él no pasan los años ni las lesiones son tan devastadoras. Al contrario, el serbio es lo más cercano a una máquina que destroza todo a su alrededor y hoy en Turín tuvo al local Jannik Sinner como su victimario.

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El invencible Djokovic logró un nuevo hito en su carrera con 36 años de edad y todos los récords en su poder. El serbio conquistó su séptimo trofeo de las ATP Finals para convertirse en el máximo ganador de este certamen que reúne a los ocho mejores jugadores del año.

Con su triunfo obtenido con relativa facilidad en sets corridos con doble 6-3 ante el italiano Sinner, quedó en solitario como el más ganador de la historia en el torneo de maestros para romper el empate que tenía con el suizo Roger Federer con seis cetros.

Al joven de 22 años, de poco le sirvió la condición de local en Turín. Sinner cometió el pecado de vencer a Holger Rune cuando pudo dejarse ganar y eliminar a ‘Nole’ tras su flojo inicio. No obstante, el itálico quiso hacerse el fuerte y pagó el costoso precio de dejar vivo al mejor tenista de la historia.

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Djokovic fue de menos a mucho más y en sus últimos compromisos arrasó con las dos grandes promesas del deporte blanco, luego de echar a Carlos Alcaraz en Semis y después a Sinner.

En el segundo set, Djokovic titubeó pero el italiano no aprovechó cuando tuvo dos oportunidades de quiebre y nuevamente dejó vivir al todopoderoso serbio. El servicio de Nole fue magnánimo, al concretar 13 aces y el 91% de efectividad con el primer saque.

Nole disputó la final número 138 de su trayectoria, de las que ha ganado ya 98. Siete de esos títulos han sido en las ATP Finals, donde ahora es el supremo vencedor. Una cuenta pendiente menos para quien se retirará con todos los récords posibles en el bolsillo.