En el marco del 120 aniversario del natalicio de la actriz y diva del cine de la Época de  Oro del cine nacional Dolores del Río, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México,  en colaboración con el Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), llevará a cabo la presentación del libro digital Una actriz, una estrella y una compañera solidaria: Dolores del Río, escrito por las historiadoras, investigadoras del Inehrm, Jehiely Hernández Correa y Ana Salinas Alverdi.

LEE ADEMÁS: Manos mayas devuelven esplendor a Ek’ Balam, gracias a programa de capacitación del Promeza

La presentación del volumen digital por sus autoras se efectuará en el Museo de Historia y Arte Contemporáneo El Palacio de los Gurza, ubicado en C. Negrete 901, Zona Centro, CP 34000 Durango, Dgo. Y será transmitido de forma diferida por Facebook (/inehrm.fanpage) y YouTube (Canal Inehrm) el próximo jueves 8 de agosto de 2024 a las 18:00 h. 

María Dolores Asúnsolo López nació el 3 de agosto de 1904 en el estado de Durango, dentro de una familia perteneciente a la élite regional. Hija única de don Jesús Leonardo Asúnsolo y doña Antonia López Negrete y López. Su padre provenía de una estirpe de productores ganaderos y comerciantes; las relaciones comerciales se convirtieron en su campo de dominio. Precisamente, por esa experiencia don Jesús llegó a dirigir el Banco de Durango. 

El conflicto armado de la Revolución mexicana forzó el traslado de la familia a la Ciudad de México. La pequeña María Dolores fue educada en el convento de Saint-Joseph, situado en la primera calle de la Ribera de San Cosme, entre Insurgentes Norte y la actual calle del Dr. Átl, dirigido, principalmente, por monjas francesas. 

Allí cultivó los modales, una niña de la aristocracia mexicana: normas de cortesía y comportamiento, dominio del idioma francés, vestir de etiqueta y practicar las virtudes cristianas. Durante su adolescencia recibió clases de danza española con la distinguida maestra Felipa López, un deseo despertado tras asistir a diversas presentaciones de bailarinas como Ana Pavlova y Antonia Merced.

Con tan solo 17 años, Dolores contrajo matrimonio con Jaime Martínez del Río, hombre de negocios, quien era 18 años mayor. Gracias a su acomodada posición social, viajaron a Europa en una Luna de miel prologada por dos años. En ese tiempo conocieron al director Edwin Carewe, quien los llevó a la capital del cine mundial con la promesa de convertir a Dolores en una estrella del cine.

En Estados Unidos, Dolores comenzó a estudiar actuación e inglés, rápidamente logró obtener su primer papel en Joanna (1925) y algunos otros proyectos pequeños, pero que le permitieron llamar la atención de varios directores. En 1926 logró triunfar en Hollywood con el film What Price Glory?, con el cual ganó el premio “WAMPAS Baby Stars” (de la Western Association of Motion Picture Advertisers).

Convertida en la primera actriz latina y mexicana del siglo XX en ser una estrella de cine en Hollywood durante la década de 1930, Dolores regresó a su país natal. En México destacó por sus interpretaciones en María Candelaria (1943), Flor Silvestre (1943), Bugambilia (1945) y Doña Perfecta (1951). 

Más adelante, incursionó en el teatro, además de defender los derechos del gremio actoral con su militancia en la Asociación Nacional de Actores (Anda), organización en la cual, posteriormente, fue la encargada de dirigir la guardería para las y los hijos de actores. Por su carrera profesional fue merecedora de diversos premios y homenajes en vida. 

El libro, en formato digital, Una actriz, una estrella y una compañera solidaria: Dolores del Río puede consultarse y descargarse de forma libre en inehrm.gob.mx/recursos/Libros/2024_unaactriz_unaestrella_dolores_del_rio.pdf.

En un formato ilustrado con emblemáticas fotografías, la obra permite conocer la vida de la actriz mexicana en la industria cinematográfica, tanto estadounidense como nacional, en orden cronológico y sus destacadas participaciones en la cultura y política de su época. 

La fotografía como un discurso iconográfico permite ver a la actriz a través de las cámaras, provenientes de tres importantes acervos gráficos: Acervo Gráfico “El Nacional” del Inehrm; el Acervo Gráfico del Centro de Estudios de Historia de México (CEHM) y el Acervo Fotográfico de la Cineteca Nacional.