BRANDON ARREGUÍN
Foto: Brandon Arreguín
El domingo de resurrección se vivió con un lleno de antología en la Colonia Doctores, donde chicos y grandes presenciaron una cartelera magistral liderada por Atlantis Jr y Místico en la Arena México.
Luchas preliminares
La acción comenzó en punto de las 17:00 hrs con un duelo relámpago entre Neón y Valiente Jr, donde los vuelos no se hicieron esperar y el aire fue cortado a cada momento por ambos gladiadores.
En ese tenor, tanto Valiente Jr como Neón brindaron espectáculo por encima de las cuerdas, dejando las llaves y contra llaves guardadas en el cajón.
Las acciones culminaron al filo de los 5 minutos cuando unos tijeras de Neón aterrizaron en toda la humanidad del Valiente Jr y al aplicar la cuenta de tres, el luchador fosforescente pudo adjudicarse la victoria.
La siguiente lucha estuvo a cargo de Magia Blanca, Magnus y Crixis, quienes desplegaron fantasía luchística contra Akuma, Espanto Jr y Dark Magic, en un duelo de técnicos y rudos marcado a más no poder.
El bando de los nobles se llevó la primera caída con la llave de a caballo aplicada por Crixus a Dark Magic y la campana, de Magia Blanca a Espanto Jr.
Finalmente la segunda y tercera caída fue para los técnicos, que sacaron de balance a los malosos y con un tornillo de Magia Blanca en las alturas, el contenido a Akuma dio por terminada la batalla.
El tercer encuentro fue obra de Okumura, el Coyote y Pólvora, que se midieron a Felino Jr, el pequeño gran maestro Virus y Cancerbero.
Duelo de leyendas del ring; por los rudos, el gladiador del sol naciente, Okumura, que veía como del lado técnico estaba el pequeño gran maestro, Virus.
El primer episodio fue para los técnicos, que dotaron de llaves y castigos elaborados a la grada, mientras los rudos recibían candela si tregua alguna.
La segunda caída fue completamente para el bando oscuro, que a punta de metralla y castigos violentos terminaron sometiendo a lo nobles; los tres rudos aplicaron e cangrejo para rendir a sus rivales.
Todo parecía indicar que el triunfo sería para Okumura y compañía, sin embargo, Virus y su experiencia saca arón el barco técnico a flote, consiguiendo la victoria.
Estelares
La lucha semiestelar llenó de emoción al graderío, que veía con nostalgia la vuelta veteranos de mil batallas como Atlantis, Felino, Rey Bucanero o Valiente.
La tercia ruda conformada por el hombre más veloz de la lucha, Felino, el Rey Bucanero y el japonés Yota, repartió candela desde el inicio, llevando las acciones acciones fuera del cuadrilátero y sometiendo al capitán Atlantis para llevarse la primera caída.
En el segundo asalto, la gente giraba el regreso de Atlantis pero lo que se produjo fue más castigo de los malosos a Panterita del Ring y Valiente, sin embargo, todo cambio en un segundo cuando los técnicos pusieron fuera de combate a Bucanero y Felino, dejando a Panterita del Ring solo contra Yota para aplicarle una quebradora que le daría la segunda caída.
El último y tercer episodio se vivió con dramatismo, luego de un amplio dominio de los rudos y un vuelo a la inversa del nipón Yota que se quedó corto y aterrizó en la tarima de forma accidentada. Al mismo tiempo, Atlantis y el Valiente hacían lo propio con las huracarranas para ganar el combate.
La lucha estelar protagonizó grandes momentos por parte de rudos y técnicos, siempre acompañados de los gritos de la fanatizada que alentaba a cada momento al ídolo de masa, Místico.
La primera caída se fue del lado mañoso, con Dragón Rojo, Rocky Romero y Stuka Jr castigando a diestra y siniestra a Titán, Atlantis Jr y Místico.
La ayuda del réferi, permitió que el castigo se prologara y las llaves cayeran de parte del bando rudo.
El segundo asalto hizo vibrar a la arena con la reacción del Místico, que mandó debajo del encordado a Dragón Rojo y Rocky Romero, para dejar en el entarimado a Titan y Atlantis Jr que sometieron a Stuka Jr.
El lucha se haría más emocionante con el duelo directo de Romero y el Príncipe de Plata y Oro, que para la tercera caída se disputaban la victoria.
El triunfo caería del lado noble nada más y nada menos que con la legendaria mística aplicada a Rocky Romero.