El éxito: tema del momento

FRANCISCO FONSECA N. El éxito es el apego a la verdad; tú puedes ser sin depender del tener. Son palabras del escritor Guillermo Farber (n.1951).  Por supuesto se refería a la condición primera, la fundamental para encontrar el éxito –el buen éxito- en la vida, más allá de las circunstancias y de los obstáculos.  Sólo

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FRANCISCO FONSECA N.

El éxito es el apego a la verdad; tú puedes ser sin depender del tener. Son palabras del escritor Guillermo Farber (n.1951).  Por supuesto se refería a la condición primera, la fundamental para encontrar el éxito –el buen éxito- en la vida, más allá de las circunstancias y de los obstáculos.  Sólo la grandeza de ánimo, la voluntad inquebrantable, el cumplimiento de metas personales, la disciplina, la orientación hacia objetivos claros, el alto rendimiento en toda acción, la apropiación del conocimiento que aporta experiencias y crea oportunidades, la invención de satisfactores humanos, la posibilidad de descubrir nuevas realidades que transforme en posible lo imposible.

Así, en un torbellino desordenado de indicadores y variables, describen los analistas el perfil de las personas exitosas. ¿Y el dinero? ¿Y los bienes materiales? ¿Y la fama y el poder? ¿Y la influencia social? Todo –se asienta en las antiguas escrituras– vendrá por añadidura.

Hay quienes, como Everett T. Suters, (23 de febrero de 1803 – 18 de junio de 1880) y creativas. En su caso, el valor del fracaso –como el gran proceso de aprendizaje- marcó, dice él, su destino para siempre.

El fracaso, según el poeta John Keats (1795-1821) es, en un sentido, el camino que conduce al éxito, en la misma forma que cada descubrimiento de aquello que es falso nos conduce a buscar con avidez lo que es verdadero.

Quizás el gran pensador Baruch Spinoza (1632-1677) haya encontrado para la posteridad una definición significativa : “ Ser lo que somos y convertirnos en lo que somos capaces de ser, es la única finalidad en la vida”. Su pensamiento hay que inscribirlo en el más puro racionalismo; conceptualiza y define su propio ser y existencia como punto de partida irrebatible de su lógica deductiva.

El éxito es, pues, una decisión personal; una convicción arraigada en la verdad.

A Carlos Marx (1818-1883), uno de los hombres más ilustres de su época, en 1865 su hija le presentó un cuestionario con quince preguntas para conocer su personalidad.

La joven le preguntó a su sabio padre: ¿Qué es lo más importante para alcanzar la felicidad en la vida?

Ese hombre, controvertido, pero lleno de una sabiduría que trascendió hacia transformaciones en la vida de los pueblos, en forma precisa y breve le contestó a su hija con una palabra: luchar!  Fue una contestación breve, concreta y a la vez profunda por todo su significado. Con ella trataba de señalar el verdadero camino hacia la felicidad.

El hombre se prepara para la vida en la lucha por la vida misma. Se lucha con la vida y por la vida en sus diversas manifestaciones. Quienes más destacan en la competencia social son aquellos que tienen mayor temple, valor y capacidad de resistencia. Esas cualidades las encontramos presentes en la personalidad de los grandes hombres en la historia de la humanidad.

El éxito, dicen los que saben de este proceso atractivo y sugerente, es una secuencia en la que se combinan la actitud positiva hacia el triunfo y el fortalecimiento de la auto- imagen. Es decir, que “ es más poderoso aquel que posea en su interior su propia fuerza”.

Las palabras de Séneca (m.65 d.C.) cuadran con el concepto de motivación presente en el éxito: dirigir el movimiento hacia la acción.

Nadie puede realmente garantizar el futuro, comentaba con énfasis Henry Ford hijo (1893-1943).  Lo mejor que podemos hacer es medir las oportunidades, calcular los riesgos implicados, estimar nuestra habilidad para manejarlos, reconocer con humildad nuestros errores y después hacer nuestros planes con confianza para alcanzar una vida plena, anclada en la verdad. ¿Qué más?

Fundador de Notimex

Premio Nacional de Periodismo

pacofonn@gmail.com