En plena era digital, una nueva forma de acoso tecnológico invade los teléfonos móviles en México: las llamadas automáticas o robocalls. Este villano silencioso de las comunicaciones convierte cada timbrazo desconocido en una fuente de frustración y desconfianza.
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La escena se repite miles de veces al día: el celular vibra, aparece un número extraño en la pantalla y, al contestar con la expectativa de una conversación real, el usuario solo encuentra silencio… seguido del corte de la llamada. Lo que parece un misterio tiene, en realidad, una explicación técnica que revela el funcionamiento de toda una industria de comunicaciones automatizadas.
La mecánica detrás de las llamadas fantasma
Las robocalls utilizan sistemas computarizados avanzados capaces de realizar marcaciones masivas en segundos. Su objetivo no es conversar, sino detectar qué líneas telefónicas están activas para después utilizarlas en campañas de marketing, propaganda política o, en el peor de los casos, en operaciones fraudulentas.
Cuando alguien responde y escucha solo silencio, en realidad el sistema está registrando que ese número es válido. Esta información se almacena en bases de datos que circulan entre distintas empresas y organizaciones.
El fenómeno también ocurre cuando las plataformas automatizadas generan más llamadas de las que los operadores humanos pueden atender. En esos casos, la comunicación queda suspendida en un “limbo tecnológico” y se corta de manera automática.
Cómo protegerse de las llamadas no deseadas
Aunque el problema es masivo, existen mecanismos para reducir el impacto. Uno de ellos es el Registro Público para Evitar Publicidad (Repep) de la Profeco, vigente desde 2007, que permite bloquear llamadas promocionales en sectores como telecomunicaciones, turismo y comercio.
Además, tanto Android como iOS cuentan con funciones integradas:
- 📱 Android: posibilidad de marcar números como spam y bloquearlos de forma permanente.
- 🍏 iOS: la opción Silenciar números desconocidos, que envía automáticamente esas llamadas al buzón de voz.
Más que una molestia: un riesgo de seguridad
Las llamadas fantasma no solo son irritantes: también representan un riesgo para la seguridad digital. Pueden abrir la puerta a fraudes, robo de identidad y vulneración de datos personales.
La interrupción constante, además, provoca ansiedad y estrés, sobre todo en personas que dependen del teléfono para su trabajo o emergencias familiares.
En este escenario, la batalla contra las robocalls exige conciencia ciudadana, uso de herramientas tecnológicas y regulaciones más firmes. Mientras la tecnología avanza, también lo hacen las estrategias de quienes buscan aprovecharse de ella. La clave está en mantenerse informado y protegido.

Foto: Arte en Canva 


