El regreso del PRIAN guinda

Morena suma expriistas y expanistas al partido. Andy López Beltrán lidera afiliación masiva. El partido que criticaba al PRIAN ahora los acoge


Juan Ortiz

Andy López Beltrán no es un político con cargo público, pero actúa como uno. En las últimas semanas, ha recorrido el país con una misión: sumar millones de personas como afiliados a Morena. Pero su última parada en el Senado dejó un mensaje claro: Morena no solo busca militantes, también busca más poder.

El hijo de AMLO logró lo que hace unos años parecía impensable. En su visita al Senado, expriistas y expanistas se sumaron oficialmente al partido guinda. Morena decía que venía a derrotar al PRIAN, pero ahora el PRIAN es parte esencial del movimiento.

NUEVOS FICHAJES

La meta es ambiciosa: alcanzar 10 millones de afiliados. Pero lo que llama la atención no es la cantidad, sino los nombres. En los últimos días, Morena ha recibido con los brazos abiertos a políticos que hace unos años eran sus rivales.

Cynthia López Castro, expriista, fue de las primeras en firmar su adhesión. Después de haber criticado la ‘4T’ y haberse ausentado en una votación constitucional importante, terminó reuniéndose con Claudia Sheinbaum y Luisa Alcalde antes de anunciar su cambio de camiseta. Ahora está oficialmente afiliada.

Lo mismo con Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca por el PRI, también hizo oficial su ingreso. Primero apoyó la campaña de Sheinbaum en 2024, luego recibió una candidatura plurinominal al Senado y ahora ya tiene credencial de Morena.

Alfonso Cepeda Salas, líder del SNTE, nunca fue abiertamente opositor, pero en su momento respaldó a José Antonio Meade y estuvo en la misma estructura sindical de Elba Esther Gordillo. Ahora no solo está en Morena, sino que ha prometido llevar 5.5 millones de afiliaciones al partido, entre maestros, familiares y simpatizantes.

Y no podemos olvidar a Miguel Ángel Yunes Márquez. Tras 20 años de militancia en el PAN, el senador decidió sumarse a Morena en agradecimiento por el respaldo que recibió luego de su expulsión del blanquiazul. Su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, aún no se afilia, pero seguirá operando en favor del partido guinda.

Otros nombres que se sumaron al registro: José Sabino Herrera Dagdug y Araceli Saucedo Reyes, senadores que llegaron con el PRD y que fueron clave para que Morena lograra la mayoría calificada en la reforma judicial.

SIN REACCIÓN

Si algo queda claro es que Morena ya no solo es un movimiento, es el nuevo centro de poder. Y como en la política nadie quiere quedar fuera del juego, el éxodo de priistas y panistas ha sido constante.

La afiliación en el Senado solo confirma lo que ha ocurrido en los últimos años. Ahí están los casos de Rommel Pacheco, Alejandra del Moral, Eruviel Ávila, Adrián Ruvalcaba, Nuvia Mayorga y Jorge Carlos Ramírez Marín, todos priistas o panistas que hoy trabajan bajo la bandera guinda.

El fenómeno no es nuevo. Desde el sexenio pasado, Morena ha premiado a exgobernadores del PRI con embajadas y consulados: Omar Fayad en Noruega, Quirino Ordaz en España, Carlos Miguel Aysa en República Dominicana y Claudia Pavlovich en Barcelona.

El mensaje es evidente: no importa de dónde vengas, si apoyas a Morena, siempre hay un espacio.

LA OPOSICIÓN

No todo ha sido fiesta en esta afiliación masiva. El senador Javier Corral, exgobernador panista de Chihuahua, rechazó afiliarse a Morena pero seguirá apoyando, asegurando que ya tuvo suficiente disciplina partidista con el PAN y que prefiere mantenerse como senador externo.

Y en Veracruz, la gobernadora Rocío Nahle dejó claro que no quiere a Miguel Ángel Yunes Márquez en Morena. En redes sociales pidió a la Comisión de Honestidad y Justicia que no lo acepte y anunció que enviará pruebas sobre su presunta implicación en lavado de dinero.

¿Qué Morena están construyendo? Este movimiento nació con un discurso de combate al PRIAN. Pero el Morena de 2025 no es el mismo de 2018. Hoy está lleno de expriistas, expanistas y experredistas que antes llamaban “corruptos”.

El argumento es que el partido está sumando a todos los que dicen querer la transformación. Pero en la práctica, la transformación se parece cada vez más a la misma clase política de siempre, solo con otras siglas.

Me quedo con la frase Rocío Nahle: “qué falta de respeto a los militantes”.