El teletrabajo, una solución para la desigualdad laboral femenina: Violeta Gleaves

10, marzo 2022

Por Fernando Fuentes

“La crisis provocada por la pandemia COVID 19, recrudeció las desigualdades de género, generadoun retroceso de más de una década en términos de la participación de las mujeres en el mercado laboral, aumento de la pobreza femenina y la carga de trabajo de cuidados y responsabilidades laborales, así lo afirmó laM. EN C.Violeta Gleaves López, secretaria del interior del SUPTACIBNOR.

“Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el 2021, menciona que ningún país de la región ha alcanzado aún la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres a pesar de los esfuerzos para el cierre de brechas estructurales de la desigualdad. Por tal motivo, es necesario que las políticas laborales sufran una transformación profunda, para superar los desafíos relacionados con la vulnerabilidad laboral de las mujeres en el contexto social, político y económico, que permitan aumentar la participación laboral de las mujeres en los sectores productivos y que garanticen avances en la igualdad de género”

“El impacto del coronavirus en la vida laboral ha sido el factor preponderante para la metamorfosis en las modalidades de trabajo. La situación laboral para las mujeres antes de la pandemia, ya era delicada y a raíz de la crisis sanitaria, se comprometió en mayor medida, particularmente por los inconvenientes para poder teletrabajar, debido a los problemas para conciliar la vida personal y familiar, sin olvidar el exponencial aumento de violencia doméstica durante el confinamiento obligatorio, expuso en exclusiva Violeta Gleaves, Bióloga Marina, egresada de la Universidad Autónoma de Baja california.

“En materia de género, la brecha que separa el potencial de teletrabajo entre hombres y mujeres asciende aproximadamente al 10% a favor de los hombres. Esta diferencia se debe principalmente al fenómeno conocido como el “techo de cristal”, el cual se refiere al conjunto de normas no escritas al interés de una organización que dificulta a las mujeres a tener acceso a puestos de alta dirección.  Esta condición impide la ocupación de mujeres a ocupar roles directivos cuyas actividades pueden desarrollarse a través del teletrabajo.

“El resto de los sectores y la naturaleza propia de las tareas realizables impide la posibilidad de que sean ejecutadas a la distancia, a pesar de que las condiciones actuales en comunicación permiten realizar una gran cantidad de actividades de servicios. La vulnerabilidad de las mujeres durante la experiencia del teletrabajo obligatorio ha determinado por la obligación de cubrir con el trabajo del hogar y el de las actividades laborales. Las horas laborales de las mujeres durante la pandemia se han visto incrementadas debido al cierre temporal de las escuelas, de escuelas de tiempo completo y de otros centros, que han obligado a las mujeres a asumir dentro de los hogares, el rol de atender las necesidades de sus hijos y/o adultos mayores.

“A pesar de que el teletrabajo durante el confinamiento y la implementación forzada de la tecnología, han sido experiencias útiles para la implementación de la legislación laboral en materia de tele-trabajo en México. Las instituciones públicas, a dos años de inicio de la pandemia, no quieren implementar este tipo de trabajo, a diferencia durante el confinamiento, actualmente esta modalidad puede crear condiciones laborales en donde las mujeres que voluntariamente accedan a esta modalidad, puedan resarcir la desigualdad producida por el rol reproductivo y las responsabilidades familiares en la nueva normalidad impuesta por el gobierno.

“El regreso presencial obligatorio para las trabajadoras, representa una imposición laboral, en donde no se toma en cuenta la situación en donde los niños de edad preescolar y escolar por temas de salud, aún no se normalizan las clases. En ese sentido, el teletrabajo puede representar una mejora en la equidad de género, puesto que la responsabilidad del cuidado de los hijos nuevamente recae sobre la mujer en estas condiciones.

“Sin embargo, a pesar de que existen las leyes y la adhesión de este derecho laboral en los Contratos colectivos de Trabajo, los empleadores del instituciones de públicas federales como los Centros Públicos de Investigación del CONACYT, no quieren implementarlo, argumentando que la Función Pública puede generar responsabilidades administrativas para las instituciones y para las trabajadoras. Esta situación deja en situación nuevamente vulnerable a las trabajadoras, que tienen que lidiar, no únicamente con la incertidumbre que genera que los menores de edad en México no reciban actualmente la vacuna COVID, sino que además deben de ingeniárselas para sortear los aforos de las escuelas con el trabajo impuesto presencialmente en esta nueva normalidad.

“Estas acciones dejan en claro que en el 2022, a pesar de las políticas públicas de equidad de género implementadas por la actual administración, se quedan en papel y no en acciones contundentes para reducir desigualdades de género en materia laboral. En este sentido es importante la toma de conciencia y desarrollar formas creativas para disminuir las estrepitosas brechas sociales y digitales de nuestro país. A fin de cuentas, el futuro de la postpandemia dependerá en gran medida de las políticas que adoptemos conforme las experiencias vividas en torno a las violaciones que se cometen constantemente a la mujer que aceptan para su desarrollo profesional, y sus responsabilidades en el cuidado familiar o el de los hijos, que muchas veces se contraponen” concluyó la líder sindical Violeta Gleaves.

Premio Nacional de Periodismo 2008 y 2016. Premio Nacional de Locución 2017. Premio México de Periodismo 2013. ferfuentesmty@hotmail.com