JOSÉ ANDRÉS DÍAZ

Foto: Mexsport

A Diego Cocca y a su Selección Mexicana les llegó la hora de la verdad. No más pruebas, no más experimentos de juegos amistosos porque frente a sí tienen su primera y verdadera prueba de fuego: la Semifinal de la Nations League de Concacaf ante Estados Unidos.

La bronca para el técnico argentino, su proyecto y toda la flamante nueva estructura del balompié mexicano, es que el duelo ante el acérrimo rival es el más peligroso de todo el año 2023.

El jueves, este nuevo Tri que aún no encuentra una identidad, que se mimetiza con mil y un pruebas con un entrenador que también está apenas en sus primeros pasos como un seleccionador nacional y que le busca los engranajes a su equipo cual cubo de Rubrik, se enfrenta a un partido de matar o morir en el que México sí tiene qué ganar pero muchísimo más que perder.

El escenario positivo: lo que México obtiene si derrota a Estados Unidos

Si México gana, por supuesto que le da aire y credibilidad tanto a Cocca como al nuevo cíclo de la Selección; pero la realidad es que solo le da el pase a la Final de la Concacaf Nations League, torneo que a su vez tiene mínima importancia internacional como son todos los certámenes de la confederación.

El triunfo representaría una victoria más moral que deportiva para México y todo su aparato futbolístico; porque viene de arrastrar la dignidad tras la desastrosa participación en Qatar 2022, Mundial en el que la Selección se quedó en fase de grupos luego de 40 años.

Sería también al fin quitarse el yugo y la paternidad que el acérrimo rival, Estados Unidos, tiene sobre México desde junio del 2021, cuando le ganó en la Final de Nations League de ese año. Dos meses después, en agosto, le volvió a ganar en la Final de la Copa Oro; en noviembre le dio otro revés como local en eliminatorias mundialistas, mientras que en marzo del 2022 el Tri solo le pudo empatar en el Azteca sin goles. A esos resultados, se le añade el amistoso de abril en 2023 en el que empataron a una anotación.

La última victoria del combinado nacional sobre las barras y las estrellas fue el seis de septiembre de 2019 por 3-0 en un juego amistoso. Después de ese momento, el Tri no le pudo ganar ni en amistosos, ni en eliminatorias mundialistas, ni en otros torneos oficiales, como precisamente han sido la Nations League y la Copa Oro, campeonatos que actualmente pertenecen a los estadounidenses.

El escenario negativo: Cocca, su Tri y la nueva FMF con la rodilla en el cuello

Si México pierde, la derrota significaría mucho más que simplemente quedar fuera de la contienda por el título de la Nations League. De entrada, el volver a perder con Estados Unidos, le representaría a Diego Cocca un brutal aumento de presión en el banquillo de la Selección.

Ya lo dijo Jesús Martínez, presidente de Grupo Pachuca: “Ya se le vienen las evaluaciones, ahora sí viene lo fuerte”, por lo que los dueños del fútbol mexicano por supuesto que lo tienen bajo la lupa; y si Cocca no da resultados desde el principio, no hay garantía de que el argentino pueda cumplir el ciclo hasta el Mundial tal cual le permitieron a Gerardo Martino, cuyo equipo desde un año antes de Qatar ya mostraba claras banderas rojas de que sería un fracaso.

Perder obligaría todavía más a Diego Cocca a ganar la Copa Oro, torneo que empieza de inmediato tras Nations League y que también es propiedad de Estados Unidos. Si el técnico argentino no gana ningún torneo es muy probable que su proyecto solamente se quede en una buena exposición de motivos y anhelos, pero que sucumbió ante la necesidad de resultados tanto de la afición mexicana como de los propios dueños, a quienes les urge recuperar la parte del negocio que se vio amenazada tras Qatar.

También, porque un revés ante los estadounidenses representaría que la dichosa reestructuración que ha tenido la Federación Mexicana de Fútbol, con el nuevo organigrama encabezado por Juan Carlos “La Bomba” Rodríguez como Alto Comisionado, tenga que trabajar desde el mero inicio a marchas forzadas y a contracorriente sin buenos resultados deportivos por parte de Selección, todo ello envuelto en un ambiente que no libera presión, y por el contrario, cada vez acumula más tensión.

Es así como se presenta el panorama para México de cara a la Semifinal de la Nations League de Concacaf ante Estados Unidos. Un partido sin lugar a dudas de mucho riesgo para todo el aparato del fútbol mexicano; juego en el que, de alguna manera, hay esperanza de que este Tri al fin dé la cara en los juegos que importan y recupere la dignidad que ha arrastrado en la última época.