MARTÍN AVILÉS

Foto: EFE

El 18 de enero de 2023, el deporte blanco enmudeció ante la —enésima—lesión de Rafael Nadal. Tuvieron que pasar 349 días para que el español volviera a las pistas para jugar singles en el tour de la ATP, lo hizo con un categórico triunfo ante Dominic Thiem por parciales de 7-5 y 6-1 en la primera ronda del Abierto de Brisbane. Y el 2024 ya ha iniciado con el pie derecho.

De aquella lesión sufrida ante el estadounidense Mackenzie McDonald en el psoas ilíaco de la pierna izquierda no queda nada. El manacorí y sus 22 cetros de Grand Slam a cuestas pudo sortear el primer reto de regresar sin molestias un cancha y lo ha conseguido al vencer a un desmoralizado austriaco que sumergido en las tenebrosas aguas de los problemas físicos, poco queda ya del primer hombre nacido en los años 90 en ganar un Grand Slam.

El duelo entre dos excampeones del Abierto Mexicano de Tenis en Acapulco tuvo como ganador al balear, quien ahora con 37 años, ya como padre de familia y asentado en el puesto 672 del ranking, lució por lapsos tan demoledor como en los viejos tiempos y es ya por donde se le vea, dueño del regreso del año en el tenis mundial.

“Es solo un comienzo positivo. Es solo un partido jugado tras casi un año y para ser honestos, jugué bien. Pero lo más importante es estar sano y por eso mi objetivo sigue siendo el mismo que antes del partido: tratar de disfrutar cada vez que salga a una cancha”, dijo el exnúmero 1 mundial tras el partido.

Su legendaria zurda deslumbró de nuevo y pudo hundir a Thiem, quien con 30 años y sin poder huir del terror de las lesiones, parece estar destinado al destierro del tour. El nacido en Viena había ganado al de Mallorca los últimos dos de los 15 duelos que habían jugado hasta ahora, pero la historia fue muy diferente en Brisbane, ya con Rafa recuperado.

En la primera manga, con el marcador igualado 5-5 tras no poder quebrarle el saque a su rival, Nadal conservó su servicio y por fin pudo descifrar el de Thiem para encontrar las primeras bolas de break en el 6-5.Tras cuatro intentos de quiebre, pudo hacerlo a 56 minutos de haber iniciado el duelo.

El segundo set yaya fue un mero trámite para ‘El Toro’, quien realizó una faena que enardeció a las tribunas. El austriaco perdió fácilmente su servicio y acumuló errores no forzados, en detrimento de un Nadal endemoniado para llevarse el set por 6-1 y el triunfo, su primero después de 352 días de que derrotara a Jack Draper en primera ronda del Australian Open hace casi un año.

“Mi objetivo a medio plazo es ser de nuevo competitivo en un plazo de unos dos meses. En este momento si soy competitivo, fantástico, pero sería una gran sorpresa para mí si juego a un buen nivel. Veremos, día a día. Todo puede ocurrir cuando llevas mucho tiempo sin jugar un partido profesional. Sales a la pista y esperas que pasen cosas fantásticas, pero también puede ser un desastre”, zanjó.