Marisol García firma su deportación sin saberlo; denuncia su caso ante la ONU

19, octubre 2023

PILAR MANSILLA

Foto: Cortesía: Eithel Krauss/ Alliance San Diego

En junio de 2021 Marisol García Alcántara iba a bordo de una camioneta mientras transitaba por Nogales, Arizona, ella y sus acompañantes recibieron de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos la orden para que detuvieran el automóvil. El conductor lo hizo inmediatamente, nadie de los que se encontraba dentro del vehículo opuso resistencia, en respuesta, uno de los policías accionó su arma, la bala impactó en su frente.

Marisol acudió a Ginebra, Suiza para exponer su caso ante la Organización de las Naciones Unidas. Ahí relató que una autoridad norteamericana, 22 días después de haber recibido el impacto y ella sin tener conocimiento de cuál era su condición física y después de que le brindaron atención médica y sobreviviera a la agresión, fue deportada a México, sin receta médica, sin saber si tendría algún tipo de consecuencia o si habían quedado residuos de la bala.

“Pedí un traductor de español, no me lo dieron, yo sabía que tenía derecho a uno, por eso lo pedí, cuando nos llevaron a la frontera con México no llevaba nada, ni siquiera un papel o una receta del hospital de donde me atendieron”.

La obligaron a firmar un documento en inglés, la persona que se lo entregó justificaba que no podía traducirle lo que éste decía ya que “no sabía español”, nada más le indicaba que tenía que firmar. No supo lo que rubricó hasta llegar a México; también se enteró, después de acudir con un neurólogo de las consecuencias que dejarían el disparo que había recibido y supo por fin cuáles eran los medicamentos que le dieron en Estados Unidos. La primera medicina era para el dolor y la segunda para evitar que se le presentaran convulsiones. Se enteró en los estudios médicos que tenía fragmentos de bala, los cuales, no le pueden retirar, moriría.

El papel que firmó fue su autorización para no regresar a Estados Unidos hasta dentro de 20 años, han transcurrido dos.

Marisol tiene claro que no busca que las autoridades norteamericanas paguen su tratamiento o anulen el papel que firmó; su lucha es para exigir que no vuelva a ocurrirle a ningún connacional u otra persona que cruce hacia Estados Unidos una situación como la que ella vivió y actualmente padece las consecuencias.

Exigió un “ya no más” y demandó que se respeten los derechos humanos, que ya no abusen de su poder los elementos de la Patrulla Fronteriza, los cuales argumentan que tienen derecho a actuar libremente si creen que su vida corre peligro, situación que, en este caso, no ocurrió.

Relató que la experiencia de hablar ante más de 200 personas y que fuera el representante de Kenia el primero en manifestarse en contra de las acciones de las autoridades norteamericanas la llenó de emoción y esperanza. Le agradece por haber expresado, durante la exposición, que no estaba de acuerdo con las explicaciones que hacía su homólogo estadounidense para justificar el actuar de la Patrulla Fronteriza.

Marisol relata emocionada que el representante de Kenia logró que aplaudieran el valor que ella y sus acompañantes, principalmente el de Andrea Guerrero, integrante de Alliance San Diego, quien es una de las mujeres y organizaciones que impulsa y apoya los migrantes que son víctimas de los abusos de la Patrulla Fronteriza norteamericana, expusieron sin temor a nada los casos de abuso, de los cuales han sido víctimas.

Entender el idioma, aseguró que en ningún momento tuvo problemas porque había traductores simultáneos y “a cada país le decían las cosas en su idioma”, por lo que agradeció que no hubiera barreras para que su voz y exigencias fueran escuchadas.

“Imagínate venir aquí, cruzar el océano para ser escuchados; no me había dado cuenta hasta que me dijeron que estaba hablando frente a la directora general Tatiana Valovaya”.

 

Andrea Guerrero, por su parte, espera que sea en las próximas semanas cuando se dé una respuesta, emitiendo un posicionamiento o recomendación por parte de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.

“Fuimos a pedir el apoyo para que se nos haga justicia y no haya racismo en la frontera porque el sistema de justicia de Estados Unidos nos falló. Salimos de la sala del Palacio de Naciones donde los delegados tomando en cuenta lo que habíamos dicho hicieron preguntas sobre cuáles cambios iban a hacer, pero desafortunadamente el gobierno, en lugar de ofrecer los cambios, repitieron las mismas leyes que han terminado en tragedia como la de Marisol que son la discriminación y uso de fuerza”.

Guerrero aseguró que el representante de Estados Unidos argumenta que sus leyes amparan las violaciones que cometen, “pero estas mismas leyes son violaciones de los derechos humanos internacionales. Las mismas leyes les permiten discriminar y lo que esperamos es que la ONU declare que las leyes violan los derechos humanos internacionales y deben cambiar”.

La respuesta que dará la ONU en Ginebra, Suiza tienen contemplado que lo hagan en las próximas semanas y sea a favor de ellas, de todo los migrantes que han sido víctimas y evitar que haya más personas que puedan padecer alguna violación a sus derechos humanos o que abusen de la fuerza, al grado de que vuelva a terminar un caso en una nueva tragedia.