En 2023 se registraron 30 mil 906 víctimas de homicidio doloso en México, lo que representa una disminución del cinco por ciento en comparación con 2022 y, pese a esta reducción, el país se mantiene entre los más violentos del mundo fuera de contextos de conflicto armado.

Guanajuato continúa como el estado con mayor número de personas asesinadas, con tres mil 390 víctimas, mientras que Coahuila y Zacatecas destacaron por una reducción en los índices de violencia.

En tanto que entidades como Morelos han registrado un aumento sostenido de homicidios en los últimos años, mientras que, en Chiapas, además de violencia homicida, se enfrenta el fenómeno del desplazamiento forzado.

Lo anterior lo reveló el Atlas de Homicidios México 2023 que se presentó en el Senado de la República, promovido por el legislador de Movimiento Ciudadano, Luis Donaldo Colosio Riojas y que fue elaborado por México Unido contra la Delincuencia.

En el estudio, se señala que cinco municipios concentran el 18 por ciento de toda la violencia letal del país: Tijuana, Juárez, León, Acapulco de Juárez y Celaya.
Durante la presentación del documento resaltaron la preocupación por el alto índice de homicidios en jóvenes, ya que, además de generar consecuencias sociales y morales, tendrá un impacto económico a largo plazo debido a los efectos en la pirámide poblacional.

Dentro de la información que presentaron, calificaron como alarmante la violencia contra mujeres, ya que las niñas y adolescentes menores de 15 años asesinadas en el país son cinco veces más violentadas que los hombres.

Durante la presentación, Daniela Osorio, investigadora de la organización y autora del documento, destacó la necesidad de replantear la estrategia frontal contra el crimen organizado, ya que desde 2006, con el inicio de la guerra contra las drogas, en la administración de Felipe Calderón, “no se han obtenido los resultados esperados en la reducción de la violencia”.

Finalmente, Lisa Sánchez, directora general de México Unido Contra la Delincuencia, advirtió sobre la importancia de incorporar una perspectiva de juventud, infancia y género en las políticas de seguridad para atender de manera más efectiva a estos sectores, que, indicó, son los más vulnerables.