CÉSAR MARTÍNEZ

ESO NO ES SER GIGANTE

Varias veces volví de Estados Unidos con la derrota a cuestas. Alguna ocasión de una Copa del Mundo y otra de una Copa América en Corea y Uruguay respectivamente.

Pero el grado de indefensión mostrada por la selección mexicana la noche de ayer en Las Vegas, frente a su similar de Estados Unidos, pocas veces… O tal vez ninguna.

Poco que ofrecer desde lo colectivo y eso ya había pasado antes, pero desde lo individual, las distancias entre los de verde y los de blanco han sido notorias en exceso.

Laterales poco profundos, atacantes sin desequilibrio y un mediocampo inofensivo en cualquier de las fases del juego. Póngales usted, los nombres y apellidos. Los de aquí, los de allá, los de dentro, los de fuera, los nuevos y los de siempre.

Con los cambios hubo mejoría, es cierto, pero no alcanzó más que para medianamente equilibrar algo que lucía disparejo.  El momento más equilibrado fue cuando el partido se puso bronco. Antes era al revés.

En resumen, un papelón en todos los sentidos y ya sin el famoso 2-0. Hoy nos subieron la cuota.

Lo cierto es que las distancias no se han acortado, sino que por ahora se han ensanchado. Estados Unidos muy superior a lo que hoy ofrece nuestro país a nivel de selecciones nacionales.

EL ENOJO QUE SE VIENE

Tendrá que ver con la continuidad de Diego Cocca y la desconfianza que todo esto supone.

Largas horas, días y semanas de cara a una Copa Oro que además USA ha desdeñado, dejándonos gran parte de la obligación al lastimado Tricolor.

Porque dentro de todo el momento turbio que tiene el fútbol mexicano desde el punto de vista político, no debemos olvidar que el de anoche fue la presentación en sociedad de la era del Comisionado Juan Carlos Rodríguez.

Esas afrentas, nunca se olvidan.

ALGO PASÓ CON LA CONFIANZA

A la serie de desencuentros y frentes abiertos que Grupo Orlegi tiene disipados alrededor de la industria, agregue usted el que inició con Cruz Azul ante las fallidas llegadas de Dória y Aguirre.

En el jaloneo, los perjudicados, los jugadores, son el drama ficticio cortesía del periodismo de “maltrato psicológico” y “Terrible encierro en un hotel de lujo de la Ciudad de México.”

Nada de eso. Un negocio fallido, como lo presenta cualquier tipo de industria en el mundo, pero nueva evidencia acerca de la desconfianza que empieza a generar el grupo encabezado por Alejandro Irarragorri entre algunos de sus socios.

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