AIDA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

Aunque el programa económico y fiscal para 2023 es factible, existen diversos riesgos que, de materializarse, podrían llevar a la necesidad de recortar algunos gastos, que seguramente no serán los prioritarios para el gobierno, advirtió el sector privado del país.

Lo anterior, al señalar que una vez más está en riesgo el gasto para fines como salud, educación, seguridad pública e inversión física distinta a los proyectos insignias del gobierno como es la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.

En su análisis semanal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CESP) reiteró su preocupación por la sostenibilidad de las finanzas públicas debido al optimismo con el que se elaboró la proyección de los ingresos a fin de financiar el gasto que se pretende, sin incurrir en déficit excesivo que implique un aumento significativo de la deuda pública.

Al interior del gasto programable, el propuesto para la Secretaría del Bienestar aumenta en 30 por ciento -por el incremento en programas sociales, destacando el de la pensión para adultos de 34.2 por ciento-. Asimismo, el gasto en turismo aumenta 111.2 por ciento, como resultado de los recursos que se planean destinar al Tren Maya.

El organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), señaló que en materia de crecimiento económico, la variable más importante para elaborar el marco macroeconómico, se estima que en 2022 alcance un rango alrededor de 2.4 por ciento, 1.7 puntos porcentuales por debajo del pronóstico aprobado en los criterios generales de Política Económica 2022.

“Aunque este ajuste refleja la preocupación de las autoridades por el complejo entorno global -consecuencia de los desequilibrios de oferta y demanda debido a la guerra entre Rusia y Ucrania y la permanencia de los efectos de la pandemia de Covid-19-, su percepción es más optimista que la visión de la mayoría de los analistas. El pronóstico de crecimiento supera en medio punto porcentual la previsión promedio de los especialistas”, observó.

Consideró que frente a perspectivas más oscuras para la mayoría de los expertos, para el próximo año, el optimismo oficial aumenta y prevé que la economía crezca 3.0 por ciento, cuando el pronóstico promedio de los especialistas anticipa un avance de 1.3 por ciento.

Las autoridades consideran que “México seguirá creciendo y consolidando su transformación económica”, de tal manera que “la actividad económica continuará mostrando crecimientos trimestrales superiores al promedio histórico de 2011 a 2019, con lo cual se tendría una expansión de 3.0 por ciento anual para todo el año”.

Es evidente, señaló el CEESP, el optimismo con el que el gobierno elaboró el marco macroeconómico, y observó que en materia de inflación (diciembre-diciembre) el programa estima un incremento de 7.7 por ciento para 2022 y de 3.2 por ciento para 2023, mientras que el pronóstico promedio de los especialistas anticipa 8.2 por ciento y 4.6 por ciento, respectivamente.

El Banco de México considera incluso que será hasta el primer trimestre del 2024 cuando la inflación se acerque a la tasa objetivo del 3.0 por ciento.

En la producción petrolera también se advierte una mejora en el pronóstico oficial, el pasar de un estimado de 1.835 este año a 1.872 millones de barriles diarios.