En respuesta a la escalada de violencia que azota al puerto de Acapulco, Guerrero, el Gobierno Federal ha desplegado un contingente de 500 elementos de la Guardia Nacional. Esta medida, anunciada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), busca “inhibir los índices delictivos” y restaurar el orden en una de las ciudades turísticas más emblemáticas de México.

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Estrategia de seguridad reforzada

Los nuevos elementos realizaron un recorrido inicial por las colonias Emiliano Zapata y Ciudad Renacimiento, áreas que han sido particularmente afectadas por la violencia reciente. La Sedena enfatizó que el personal actuará “con firmeza”, implementando tareas de disuasión, prevención, patrullajes y estableciendo puestos de seguridad.

Respuesta a una crisis creciente

Este despliegue responde a semanas de creciente inseguridad en Acapulco. El general Ricardo Trevilla, jefe del Estado Mayor Conjunto, señaló en una conferencia matutina que la intención es “fortalecer a los efectivos” en las zonas más problemáticas de la ciudad.

Impacto en la comunidad

La llegada de la Guardia Nacional ha generado expectativas entre los residentes y el sector turístico de Acapulco, quienes esperan que esta medida pueda restaurar la tranquilidad en el puerto.