Harfuch: caballo negro

Harfuch consolida poder: de Seguridad a controlar UIF. Sheinbaum debilita obradoristas y fortalece su círculo cercano


Juan Ortiz

Un perfil de Harfuch sustituirá a Pablo Gómez al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). El nombramiento Omar Reyes por la presidenta Claudia Sheinbaum se ha querido vender como un movimiento estratégico para diseñar la reforma electoral. Pero revela mucho más: un mayor control de Sheinbaum sobre su gabinete… y un nuevo avance en la carrera política de Omar García Harfuch.

La salida de Pablo Gómez tiene varias lecturas. Primero, es uno de los cargos heredados por López Obrador a Sheinbaum. Un perfil político en un espacio técnico, que sirvió más para presionar a adversarios que para hacer un trabajo profesional.

Su omisión al detectar indicios de lavado de dinero en instituciones financieras, como lo acusó el gobierno de Estados Unidos, es prueba de ello.

REACOMODOS EN MARCHA

La salida de Pablo Gómez se suma a otras “renuncias” o reacomodos recientes: Francisco Garduño (Migración), Rosendo Gómez (fiscal del caso Ayotzinapa) y Teresa Reyes (Comisión de Búsqueda). Todos obradoristas. Todos fuera.

A eso hay que sumarle los escándalos que golpearon a liderazgos de Morena que no son parte del grupo cercano a Sheinbaum: el caso de Adán Augusto y su narcosecretario; las filtraciones que exhibieron a Ricardo Monreal, Mario Delgado y Andy López Beltrán en sus vacaciones doradas.

Lo que se observa es una avanzada quirúrgica de Sheinbaum: ocupar las posiciones clave entregadas al obradorismo y debilitar los liderazgos que no le responden.

EL AUGE DE HARFUCH

En medio de esa limpieza, Omar García Harfuch sigue creciendo. Un apellido que remite al viejo PRI, formado como policía en los gobiernos “neoliberales”, siempre visto con recelo por los fundadores de Morena. Incluso por el propio López Obrador.

Pero Sheinbaum le dio su confianza y lo nombró secretario de Seguridad en la CDMX. Mientras ella se convertía en candidata presidencial, él apuntaba para jefe de Gobierno. Pero AMLO se opuso.

Después de la victoria presidencial, Sheinbaum lo nombró titular de la Secretaría de Seguridad federal. Una dependencia debilitada por el propio López Obrador, quien prefirió usar a las Fuerzas Armadas como columna vertebral de su modelo de seguridad.

Desde ahí impulsó una reforma constitucional para fortalecer la coordinación entre los tres órdenes de gobierno, con la secretaría como eje. La propuesta recibió apoyo unánime en el Congreso.

PODER E INTELIGENCIA

Pero otra historia fue con las reformas secundarias en materia de seguridad e inteligencia. Se atoraron durante meses. ¿Por qué? Porque quien controla el Congreso no es técnico, es político. Monreal y Adán Augusto retrasaron los dictámenes. Porque aprobarlos significaba entregar poder a un jugador que no les pertenece.

Finalmente, las reformas pasaron. Y con ellas, poder real: una red de inteligencia centralizada, con bases biométricas y mando civil coordinado. Peligroso para las libertades. Poderoso para García Harfuch.

Mientras tanto, los perfiles no alineados a Sheinbaum caen, se desgastan o reciben encargos sin futuro político. Pero Harfuch avanza. Su red se consolida. Ahora tiene un perfil de confianza al frente de la UIF, lo que facilitará la comunicación entre Hacienda y Seguridad.

Y todo esto ocurre bajo presión de Estados Unidos, que exige resultados contra el crimen organizado y más control financiero sobre perfiles de alto interés. La UIF es clave. Y Harfuch ya tiene la llave.

EL DATO INCÓMODO

Pagar deuda nos cuesta más que nunca. En 2025, el costo financiero del gobierno será de 1.1 billones de pesos, 75% más que en 2018. Sólo en el primer semestre, ya se han ido 700 mil millones. Eso es más que el presupuesto de Educación, Salud y Seguridadjuntos.