Martín Avilés / Ovaciones
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Mientras el fuego cruzado amenaza con incendiar Milton Keynes, Christian Horner se ha puesto el traje de bombero. El director de Red Bull organizó una discreta reunión con el representante de Max Verstappen en Dubai en un intento por apaciguar las llamas provocadas por las crecientes tensiones en la escudería de las bebidas energéticas.
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La misteriosa cumbre se realizó 48 horas después de que Jos Verstappen, padre de ‘Mad Max’ afirmara que Red Bull “explotará” si Horner permaneciera en su puesto de director del equipo, en un intento por darle el golpe de gracia y así obtener control absoluto en el equipo más rápido del planeta.
The Independent informó que ni Jos ni su hijo estuvieron presentes en la reunión, y el manager de Verstappen, Raymond Vermeulen, actuó en nombre del piloto neerlandés. Según la Agencia PA, una agencia le confirmó que las conversaciones “fueron bien”. También se dijo que estarían presentes figuras importantes del equipo de origen austriaco.
La victoria de Verstappen en la primera fecha de la temporada celebrada el fin de semana pasado en Bahréin se vio eclipsada por la continua controversia en torno a Horner, quien fue supuestamente acusado acosar a una empleada de Red Bull.
En redes sociales se ha desatado el rumor de que la mujer en discordia es en realidad pareja sentimental de Jos, lo que sería el verdadero motivo de su rabieta. Horner siempre ha negado las acusaciones, pero en charla con el Daily Mail, Verstappen padre añadió más leña al fuego.
“Aquí hay tensión mientras él (Horner) permanece en su posición. El equipo corre peligro de desintegrarse. No puede seguir como está. Explotará. Se está haciendo la víctima, cuando es él quien causa los problemas”, aseguró.
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En respuesta a los comentarios de Verstappen padre, un portavoz de Red Bull Racing dijo: “Aquí no hay problemas. El equipo está unido y estamos centrados en competir”.
Después de la carrera, Horner dijo que estaba “absolutamente seguro” de que permanecería como jefe de Red Bull durante el resto de la temporada después de supervisar a Verstappen liderando un 1-2 junto a su compañero de equipo, el mexicano Checo Pérez.