Jalen Hurts se bebió hasta la última gota del veneno con el que los Kansas City Chiefs lo sepultaron dos años atrás y lo guardó hasta convertirlo en el fuego con el que incendió su dinastía. El quarterback se erigió como el MVP del Super Bowl LIX en el histórico triunfo de 40-22 con el que los Philadelphia Eagles consiguieron el segundo anillo de su historia.

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El mariscal de campo se adjudicó el Trofeo Pete Rozelle con una actuación estelar en la que completó 17 de 22 pases con un 77.3% de efectividad para 221 yardas y dos touchdowns; así como un índice de pasador de 119.7. También hizo historia con su juego terrestre, al correr para 72 yardas y un touchdown, la mayor cantidad de yardas por tierra jamás lograda por un mariscal de campo en un Super Bowl.

“Dios es bueno. No podría estar aquí sin mis compañeros de equipo, el esfuerzo y la determinación que todos demostraron para llegar a este punto. Fue un partido espectacular el de hoy”, dijo Hurts después de la victoria.

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Es la vez número 34 que un mariscal de campo ha sido nombrado MVP del Super Bowl. Hurts se suma a un grupo selecto de mariscales de campo que han lanzado múltiples pases de touchdown y corrido para un touchdown en el mismo Super Bowl, entre los que se incluyen Ken Anderson, Brett Favre, Joe Montana y Patrick Mahomes.

Hurts rompió una racha de 27 años sin que un QB perdedor en su primer Super Bowl, regresara para ganarlo. Así, es ahora el cuarto mariscal de campo en la historia en lograrlo, uniéndose a los miembros del Salón de la Fama John Elway, Bob Griese y Len Dawson.