Una entrevista del presidente de Perú, José Jerí, con el diario El Comercio amplificó la crisis diplomática con México, al advertir que “si se tiene que ingresar a la Embajada mexicana, se hará”, frase que colocó al gobierno del país sudamericano ante el riesgo de vulnerar la protección que la Convención de Caracas de 1954 y las Convenciones de Viena de 1961 y 1963 otorgan a quienes reciben asilo político y a las sedes diplomáticas.
Betssy Chávez, ex primera ministra en el gobierno de Pedro Castillo, se encuentra refugiada en la Embajada de México desde hace casi tres semanas tras obtener asilo político, y permanece a la espera del salvoconducto que Perú está obligado a conceder para permitir su salida.
El gobierno de Jerí sostiene que el asilo habría sido otorgado de forma indebida bajo el argumento de que la ex funcionaria enfrenta un delito común vinculado al fallido intento de Castillo por disolver el Congreso el 7 de diciembre de 2022.
Esa afirmación ha sido rechazada por el gobierno de México, al recordar que es el país asilante el que determina la naturaleza política del caso, criterio explícito en los tratados internacionales que rigen la materia. De hecho, la Cancillería mexicana no emitió una respuesta oficial a los dichos de Jerí, solo reenvió la nota informativa publicada el viernes en el sentido de que Perú confirmó que respetará las inmunidades diplomáticas de México en su país.
Las declaraciones de Jerí surgen después de que el Poder Judicial peruano dictó cinco meses de prisión preventiva contra Chávez y justificó la medida en un supuesto riesgo de fuga derivado de la ausencia de la ex primera ministra a controles biométricos y a audiencias judiciales.
Jerí defendió que México sabe que, si Chávez abandona la sede diplomática, será detenida de inmediato, afirmación que acompañó con la mención de que hay policías peruanos apostados afuera, lo que reforzó un escenario de presión sobre la sede diplomática mexicana en Lima.
Sin embargo, el propio gobierno peruano, por conducto de su Ministerio de Relaciones Exteriores, envió al gobierno mexicano un mensaje escrito en el que confirmó que respetará las inmunidades diplomáticas, incluida la inviolabilidad de los inmuebles, la residencia oficial y todos sus bienes y archivos, conforme a las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Relaciones Consulares; esa comunicación fue citada el viernes por la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Jerí defendió que “no le tiembla la mano” para adoptar decisiones contundentes y buscó minimizar las críticas regionales, al responder con un “a palabras necias, oídos sordos” al mensaje del presidente colombiano Gustavo Petro, quien advirtió que, si Perú irrumpe en la Embajada de México, Colombia retirará su representación diplomática de Lima.
El mandatario peruano afirmó que no teme a presiones externas y que desde 2021 las relaciones diplomáticas de su país con diversos países han sido volátiles debido a lo que calificó como “excesos” de injerencia extranjera, aunque evitó precisar por qué.
Una irrupción constituiría una violación frontal del derecho internacional y un acto equiparable al ocurrido en Ecuador en abril de 2024, cuando fuerzas del gobierno de Daniel Noboa ingresaron a la Embajada de México en Quito para detener al ex vicepresidente Jorge Glas, episodio que provocó condenas multilaterales y la ruptura de relaciones diplomáticas.
Jerí llegó al cargo sin elección popular, pues era presidente del Congreso y fue designado tras la destitución de Dina Boluarte, el 10 de octubre. Negó que exista persecución política en su país y afirmó que quienes sostienen lo contrario esgrimen “tonterías” como estrategia de defensa, y aunque eludió comprometerse con emitir el salvoconducto que exige la normativa internacional.
México reiteró el viernes que, conforme a la Convención de Caracas, mantiene su solicitud para que Betssy Chávez pueda abandonar el territorio peruano en condiciones de seguridad. Ante esta situación, si Perú cumple lo que su cancillería comunicó por escrito y respeta la inviolabilidad diplomática, estará obligado a otorgar el salvoconducto, mientras que si Jerí insiste en que “no se limita” y mantiene abierta la posibilidad de ordenar una irrupción, el conflicto escalará.




