Justicia mágica

En México más de nueve de cada 10 delitos no son denunciados y menos de 1% son resueltos.



¿Será verdad que todos somos iguales ante la ley, pero no ante el mercado?, algo así dijo una vez el estudioso de las teorías de la comunicación humana, Harold Lasswell; lo que significa que la condición económica determina el tipo de justicia y la rapidez con que se juzgue. No se puede generalizar ya que también hay empresarios que están bajo procesos judiciales donde no impera el Estado de Derecho, y su dinero les juega en contra; pero mejor vamos por partes:

En México más de nueve de cada 10 delitos no son denunciados y menos de 1% son resueltos. Las inexistentes sanciones imperan y se normaliza la venganza, en una novela en que pagan justos por pecadores. Desde hace unas semanas se ha generado un debate maniqueo donde se pretende derrumbar la pirámide de Hans Kelsen encarnada en el poder judicial.

Algunos jueces que han abusado de sus facultades son señalados como los culpables y son los enemigos identificados para derrumbar esa estructura, en un ambiente cotidiano en que muy pocos se pueden defender de las injusticias que se les adjudican. Sin embargo, en esta vorágine de opiniones, o se descalifica o canoniza a los jueces. Hace unos días se difundieron en redes sociodigitales dos vídeos que muestran un tipo de “justicia mediática” al mero estilo de la propuesta de Jaime Rodríguez “El Bronco” en 2018. Su solución a la inseguridad era “mocharle la mano al que robe”. La historia se da en un pueblo mágico:

“Llegaron de vacaciones un grupo de salvadoreños, pero con el paso del tiempo se quedaron a vivir… aquí señor se puede empezar a vender cerveza a las 10:00 de la mañana, desde un Oxxo hasta una tienda, para que todo esté tranquilo, si alguien vende cerveza vienen los del cártel y te cierran el lugar, si lo vuelves a hacer te cobran tres mil de multa y si no entiendes te cierran la tienda y te dan de tablazos en el centro del pueblo para que los demás aprendan la lección… ellos mismos le cortaron las manos a los salvadoreños que eran quienes robaban en el pueblo, aquí el cártel se encarga de que todo esté en paz, es una mentira lo que sale en las noticias de que cobran piso… ellos son los que ponen orden para que todo esté tranquilo”.

La misma persona, que no parece; sino es vocero del crimen organizado, continua el relato: “Es como los morros que se pasaron de (&%$·$) con la señora que hace limpieza en el mercado, a poco no han visto esos vídeos, los morros subieron vídeos de cómo fingían que se la cogian y se la bajaban a los chescos… los pendejos subieron el vídeo… los del cártel los encontraron y les dieron de tablazos en las nalgas, e hicieron un en vivo desde su Instagram… a los vatos les dejaron las nalgas bien rositas, y revise los comentarios, todos estaban felices del castigo… así que cuando veas que levantan a alguien es por eso… los del cártel no se meten con la gente… Aquí los que hacen tranza son los panistas, lavan dinero, aquí los del cártel y el partido en el gobierno cuidan a la gente”.

La actual discusión acerca de la reforma judicial muestra cómo los ministros de la SCJN son un símbolo de impunidad, casi nadie tiene una buena historia que se relacione con la justicia. El triunfo del discurso maniqueo acerca de la justicia tiene muchas historias que contar, como las de este pueblo mágico. Convivimos con muchos voceros de la justicia mágica quienes no solo defienden abiertamente al cártel, sino que muchos lo hacen con la saliva que salpican en cada entrevista o debate. 

Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco