Javier Baltsé

El pasado martes 5 de diciembre en el Auditorio de Congresos de Centro Médico Nacional Siglo XXI, se llevó a cabo la 114 Asamblea General Ordinaria
del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En su informe, Zoé Robledo, director general del Instituto, usó 8 objetos para contar la historia del IMSS y los logros de su gestión. Al final de su mensaje,
habló de una brújula: lo describió como uno de los objetos más sencillos y revolucionarios en la historia de la humanidad, que para él, en la vida pública,
representa uno de los valores que nos deben guiar: la congruencia.

Lo hizo así para explicar sus motivos y su decisión de aplazar, en este momento, su proyecto político personal: gobernar el estado de Chiapas y
continuar al frente del IMSS.

“La política me tenía trazada y pavimentada una ruta al Sur. Ruta de retorno a mi destino, al que jamás renunciaré. Pero la historia tenía otros planes", apuntó.
Para algunos esta declaración podría ser mera retórica, sin embargo, quienes trabajamos en el Seguro Social sabemos que no es así. El liderazgo de Zoé
Robledo importa.

Difícilmente alguien hubiera podido llegar a concluir lo que comenzó y hacerlo con la intensidad y al ritmo que él marca. El trabajo del director general del IMSS es destacado y en cuanto a su encargo presidencial: Construir el sistema de atención médica para personas sin seguridad social con el IMSS Bienestar, está logrando algo que se creía imposible; unificar el sistema de salud.

Sin duda alguna, Zoé Robledo le ha dado otra cara al Seguro Social. No habla el corazón, son los datos: En esta administración se han concluido 10
hospitales y 8 más están en construcción, se ha invertido como nunca para la conservación y mantenimiento de unidades que habían quedado por años
descuidadas, se pusieron al punto 759 Unidades de Medicina Familiar, 211 hospitales y 803 quirófanos, se han concluido 16 nuevas salas de Hemodinamia para la atención de urgencias cardíacas -padecimiento que ocupa la primera causa de muerte en el país- y 20 fábricas de quimioterapias.

También se ha invertido en compra de equipo médico, solo para poner un ejemplo: Se han sustituido 14 mil camas de hospitalización, 260 mastógrafos,
60 tomógrafos; se ha invertido más en formación de especialistas y en innovación tecnológica.

Zoé Robledo reconoció que la decisión no fue sencilla y que había que optar entre política o la historia: “Pero mi brújula lo marcó claro: la ruta correcta, no
la obvia ni la sencilla: Consolidar el sistema de salud que merece el pueblo de México y hacerlo desde la institución más noble de esta Patria. El Instituto
Mexicano del Seguro Social”.

Así lo ha dicho Zoé, quién hoy está concentrado en seguir transformando al Seguro y construir el IMSS para los que no tienen IMSS.