‘La música es cultura y es política’

8, marzo 2023

ALBERTO MONTOYA

Foto: Cuartoscuro

Desestiman tanto el pensa­miento, que no se dan cuenta que la músi­ca es un acto político. Es una denuncia y eso hacemos a diario todas las mujeres. Todas las que denunciamos y las que no, también, somos políticas. porque no nos dejamos”.

Así lo asegura María Elena Ríos Ortiz, quien ha vivido tres años y siete meses una pesadilla desde que fue atacada con ácido por dos sujetos que le quemaron 90 por ciento de su cuerpo y quien asegura no estar interesada en un cargo político, porque la política es imposición y “yo soy muy desobediente”, “salvo que se someta a consulta y la gente me lo pida”.

La saxofonista, como le han llamado porque es experta en ese instrumento, que toca desde los 9 años de edad, afirma en entrevista con Ovaciones que las mujeres en México aún son sometidas, maltrata­das y ultrajadas por los hombres, a los que la ley y los jueces defienden por el simple hecho de ser eso: hombres.

Originaria de Huajapan de León, Oa­xaca, donde nació en 1992, señala que preferiría ser más conocida por su habili­dad para tocar el saxofón que por haber sido atacada con ácido por orden de Juan Antonio Vera Hernández, hijo del ex dipu­ tado del PRI y empresario gasolinero, Juan Antonio Vera Carrizal, preso desde 2020.

­Se ha vuelto una moda quemar y maltratar el cuerpo de la mujer, asegura y revela que tuvo miedo a denunciar, para no ser revictimizada, pero que los ojos tristes de sus padres la motivaron a hacer­ lo, “porque no me iba a quedar con eso”.

De la Ley Ácida, aprobada la semana pasada en el Congreso de Puebla y que prevé hasta 40 años de cárcel por un ata­ que así, dice que es un avance, pero que fue descafeinada, “porque venía más completa”. Intereses de partidos y perso­ nas evitaron que se avalara así, señala.

“Trabajaré para que en los 31 estados y la CDMX haya una ley como la aprobada en Puebla o que se federalice”, afirma, y advierte que no descansará hasta que se haga justicia, para que ninguna mujer sea revictimizada ni sufra lo que ella.

-¿Te deja satisfecha la ley aprobada?

La iniciativa no iba así o por lo menos no quedó completa, como la trabajé con Aurora Sierra Rodríguez, diputada local por el Partido Acción Nacional (PAN). Se requiere reformar el Código Penal de Pue­bla, porque intereses políticos e indivi­duales la mutilaron. El ataque con ácido estaba considerado como lesión y la le­sión no es delito grave.

Ahora se tipifica como feminicidio o feminicidio en grado de tentativa y se sanciona con hasta 40 años de cárcel.

La iniciativa conlleva no sólo a prote­ger a una mujer agredida con ácido, sino con alcohol, cables de alta tensión, líqui­dos o aceite caliente, pero, desafortuna­damente, no se aprobó así.

-¿Así?

Ni siquiera querían contemplarla como Ley Ácida, porque dicen que debe dejar huellas en el cuerpo, que la cara no es la única parte del cuerpo importante.

Lo que no entienden los legisladores es que estos ataques son de odio, de género, son ataques o crímenes que pretenden borrarte o matarte.

Borrar tu identidad.

Además, las víctimas reciben como re­paración de daño muy poco, recursos in­ suficientes. Máximo, sesenta mil pesos

¡Y por lo menos al año es un millón de pesos en tratamientos!

Duele, cuesta, y garantizar la repara­ción del daño debe ser responsabilidad el Estado. Que sea un Código Nacional.

Malena, como también le llaman, acu­sa al diputado local y presidente de la Me­sa Directiva, Néstor Camarillo, de oponer­ se a aprobar la iniciativa como venía.

­Néstor, siendo presidente de la Mesa Directiva, debería asumir una actitud res­ponsable. Las víctimas no les importan.

¡Imagínate, decían que quería llamar la atención! Y pregunto:

¿Quién quiere llamar la atención con un ataque con ácido?

-¿Te apoya el gobierno federal?

A mí no me han dado ningún apoyo, Yo me he encargado de conseguir los avan­ces, que me escuchen. Ni Morena ni el PRI,

Cuando me contactó Sierra le dije: ‘No quiero que me agarren de guerra política’. Y lo hizo.

­¿Confías en la ley, en los jueces?

El poder judicial está podrido. El presi­dente del tribunal se la ha pasado blo­queando con sus jueces de control. Un juez de Distrito está recibiendo más de 15 amparos y eso es un delito procesal.

Mi agresor está libre.

Juan Antonio Vera Carrizal está impu­ne en Oaxaca. Tres fiscales han pasado y no ha habido justicia.

­Te has convertido en un símbolo de la lucha femenina, de fortaleza, ¿lo aceptas?

La vida me ha llevado por ahí.

­¿En Puebla has vivido siempre?

Yo soy oaxaqueña, pero en Puebla en­contré una vida. Muchos de los estudios los debo a Puebla, porque sigue siendo mixteco como es mi tierra.

­¿No te has cansado?

Es muy desgastante, imagínate, co­mienza mi rutina a las 6 de la mañana, pero no descansaré hasta que haya justi­ cia para que ninguna mujer pase por lo mismo. Debo de ser menos revictimizada.

­¿El objetivo es todos los estados?

Claro. Si es necesario, que se tipifique a nivel federal. Hasta el año pasado se reco­noció como violencia física en la ley para las mujeres libres de violencia.

­¿Las mujeres denuncian o temen?

Yo estuve a punto de no denunciarlo.

­¿Y qué te motivó a hacerlo?

Los ojos tristes de mis dos papás me empujaron a denunciar. Sólo yo sé qué dolor reflejaban sus miradas. Y con ver eso yo no me iba a quedar. Y también por mí, por muchas circunstancias. No me gusta hablar de lo que ha salido.

­¿Qué estudiaste?

Estudié comunicación en la BUAP (Be­nemérita Universidad Autónoma de Pue­bla) y música en el conservatorio. Hoy he leído mucho de derecho.

¿Vas a marchar este 8M en la CDMX?

Claro. Estaré en el Monumento a la Re­volución a las 14:30 horas y quienes quie­ran llevar el nombre de su agresor o el ser­vidor en un cartel, que lo hagan.

Así, María Elena Ríos Ortiz, continúa su lucha por justicia por ella, por la justi­cia. La saxofonista ama la música, que es cultura y política.

 

Siempre creyó que volvería con mujeres

Volver a la música no fue fácil para María Elena Ríos Ortiz.

Es curioso, siempre creí que si volvía lo haría con mujeres. Estuve ensayando con un coro de mujeres y me llamó la atención porque ninguna es súper estrella y eso ha­ ce que fluya”, dice.

­¿Cómo tocaste con Maldita Vecindad?

Por solidaridad o ¿quién sabe cómo me verían? pero me invitaron. A mí desde 2020 me contactó Pato ­Enrique Montes­, el guitarrista.

‘Ya quiero tocar el saxofón’, pensaba y él decía: “No, que sí, que toca”.

Nos volvimos cercanos, porque me dijo que mis regionalismos, mi acento, le re­cordaban mucho a su mamá. También re­cibió mucho bullying por ser oaxaqueño. Sax ­el titular en el saxofón hoy fallecido­ estaba muy enfermo. Se percataron de que estoy contra el racismo y que consi­ deraban idóneo que tocara Xacagua por ser una playa de Oaxaca y era una can­ ción que representaba lo que yo defiendo.

La tocamos, se subió a Spotify y me di­jeron que iba a haber Vive Latino.

Hubo Vive Latino y me ayudaron mu­ cho a incorporarme.

Pero no fueron los primeros.

Me pasó una particularidad con la ban­da de mujeres del Viento Florido. Leticia Gallardo, mixe de la sierra de Oaxaca. me invitó y tocamos un 5 de marzo y, curiosa­ mente, pensaba eso: “Cuando un día vuel­ va a tocar va a ser con puras mujeres y, cómo son las cosas, la primera invitación fue con ellas el 5 de marzo de 2021, el vive Latino fue una semana después”.