MARTÍN AVILÉS / OVACIONES
Foto: Oswaldo Figueroa / ESTO
La NFL es una fiesta y qué mejor que celebrar rodeado de miles de aficionados que comparten esa misma pasión en el Súper Domingo. La Watch Party del Super Bowl Experience regaló la oportunidad vivir una tarde mágica en el marco del partido entre Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers por el Vince Lombardi.
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El Campo Marte de la Ciudad de México fue el epicentro donde los fanáticos pudieron sentir de cerca la experiencia del Gran Juego. Lanzar el ovoide, tomarse fotos, participar en concursos y comer y beber hasta el hartazgo como dictan los cánones en los días de gloria como este.
“Un poco cara la fiesta pero vale la pena. Es estar con gente que siente y vive como uno este deporte”, dijo el aficionado a New York Giants, Daniel Hernández, a Ovaciones. Según el fanático, pagó un boleto de 899 pesos y había gastado más de 3 mil hasta antes del medio tiempo.
Desde Paseo de la Reforma se escuchaban los gritos de júbilo y la música del recinto, además de una aroma a comida que invitaba a acercarse al festín. Desfilaban todo tipo de jerseys y de todos los colores, siendo los de New England Patriots, Kansas City Chiefs, San Francisco 49ers, Pittsburgh Steelers y Dallas Cowboys los más recurrentes.
También hubo un juego de flag football organizado por la Universidad Anáhuac para deleitar a una afición que deberá voltear a ver más a ese deporte, que en Los Ángeles 2028 será Olímpico.
Tan pronto comenzó el Super Bowl LVIII, un grito de guerra se escuchó por todo Campo Marte, eran los fans en su estado de naturaleza, era el juego por el que se habían citado ahí y por el que cientos de millones de personas en el mundo encienden su televisor. Y eventos como este, confirman que la NFL no se equivoca al procurar al mercado mexicano, el segundo más grande del planeta.
