La Revolución Mexicana y sus cambios en la historia nacional

7, noviembre 2023

ABRAHAM PUEBLA A.

Foto: Cuartoscuro

La historia de México está marcada por momentos trascendentales que alteraron el rumbo de la sociedad. La Revolución Mexicana, que comenzó el 20 de noviembre de 1910, transformó por completo los planes que se habían trazado para el país hasta ese momento. En este artículo, exploraremos las causas, los procesos y los resultados de esta lucha por la liberación nacional del pueblo mexicano.

Porfirio Díaz y su poder desmedido

Durante más de tres décadas, Porfirio Díaz gobernó México, un periodo de desarrollo industrial para el país pero también marcado por numerosas injusticias y abusos contra grandes sectores de la población. El pueblo y gran parte de la sociedad gritaba con el lema “Poca política y mucha administración”, Díaz llegó al poder en 1877 y, tras un breve lapso de gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, volvió en 1884 y modificó la constitución para permitir su reelección indefinida.

 

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Durante su gobierno, Díaz centralizó la riqueza en manos de una minoría influyente y reprimió a la oposición, controlando medios de comunicación y ejerciendo un fuerte control sobre el ejército. Sin embargo, a principios del siglo XX, su régimen comenzó a tambalearse debido al surgimiento de un nacionalismo creciente entre el pueblo, una crisis económica y la falta de un sucesor adecuado para su mandato. Esto abrió la puerta a un nuevo proceso electoral y el deseo de cambio.

La Sed de Libertad

Políticos mexicanos, cansados de las injusticias, buscaron derrocar el poder de Díaz, quien complicó el proceso electoral y decidió permanecer en el cargo. Francisco I. Madero, tras ser encarcelado y acusado de fraude electoral por Díaz, huyó a Texas, desde donde llamó a la población a levantarse en armas el 5 de octubre de 1910, promulgando el “Plan de San Luis” con el objetivo de lograr elecciones libres y democráticas.

Emiliano Zapata, líder campesino del sur de México, al ver la falta de compromiso del gobierno en cuestiones agrarias, presentó su “Plan de Ayala”, exigiendo la devolución de tierras y propiedades a los campesinos que les habían sido arrebatadas previamente.

 

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Madero logró el apoyo de Pascual Orozco, Francisco Villa y Emiliano Zapata, líderes con intereses comunes en liberar al pueblo mexicano. Se organizaron y comenzaron un movimiento armado estratégico el 20 de noviembre de 1910, tomando Ciudad Juárez en mayo de 1911. Madero resultó elegido presidente y Díaz se vio obligado a renunciar y exiliarse en Francia, donde falleció en 1915.

El fin del Porfiriato y el surgimiento de nuevos conflictos

Aunque la primera fase de la Revolución había concluido con la renuncia de Díaz, las ambiciones de los líderes revolucionarios llevaron a desacuerdos y eventos cruciales como la “Decena Trágica”, un golpe de estado que derrocó a Madero y llevó a la presidencia a Victoriano Huerta en febrero de 1913.

Huerta traicionó a Madero, quien fue arrestado y fusilado. Huerta llegó al poder de manera deshonesta y, a pesar de no contar con la aprobación de ciertos sectores, recibió apoyo de importantes hacendados, la iglesia, el ejército y varios gobernadores.

Entre los líderes revolucionarios destacaban Francisco Villa y Venustiano Carranza, quien, al ver la situación, protestaron y desconocieron a Huerta como presidente, otorgando a Carranza el poder para levantarse en armas contra el ejército federal mediante el “Plan de Guadalupe”. Surgió así un ejército revolucionario, conocido como “Constitucionalista”, con el objetivo de eliminar cualquier intento de Huerta por gobernar y convocar a elecciones al cumplir sus objetivos.

El Gobierno de Huerta y la consolidación del cambio

El gobierno de Victoriano Huerta enfrentó dificultades económicas, acompañadas de una deuda con Estados Unidos, que no reconocía su legitimidad. Huerta se vio obligado a aumentar impuestos para financiar gastos militares, lo que resultó en un bloqueo en el puerto de Veracruz en 1914 por parte del ejército de Estados Unidos, debilitando al ejército federal.

Mientras tanto, Francisco Villa y la División del Norte obtuvieron una importante victoria en la “Toma de Zacatecas” en junio de 1914, derrocando el gobierno usurpado y forzando la renuncia de Huerta en julio del mismo año.

 

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Con la renuncia de Huerta, los revolucionarios buscaron acuerdos sobre el poder. Carranza se autoproclamó presidente como primer jefe de la revolución, pero Villa y Zapata, en desacuerdo, llamaron a una convención en Aguascalientes en noviembre de 1914, nombrando a Eulalio Gutiérrez como presidente interino de México. Carranza se estableció en Veracruz, mientras Zapata y Villa unieron fuerzas contra Carranza.

Finalmente, tras un congreso constituyente, se promulgó una nueva constitución el 5 de febrero de 1917. Esta constitución reconoció y garantizó causas revolucionarias como derechos agrarios, laborales, educación y salud, libertad de prensa, entre otros. Este documento sentó las bases del estado moderno mexicano y las leyes que aún rigen en la actualidad. La Revolución Mexicana fue un parteaguas que cambió para siempre el curso de la historia de México y dejó un legado duradero en la sociedad mexicana.