De acuerdo con el Atlas de Riesgos de la Ciudad de México, las alcaldías, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tlalpan y Álvaro Obregón son las demarcaciones donde se registra el mayor número de situaciones de emergencia por afectaciones provocadas por fenómenos naturales, principalmente, por lo que es necesario conformar una agenda en común entre el gobierno de la Ciudad de México y los alcaldes.

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Durante un encuentro que tuvieron representantes de la Unidad de Gobernanza Efectiva y Democracia del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Consejo de Resiliencia de la Ciudad de México a través de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC), advirtieron sobre la necesidad de desarrollar políticas públicas que permitan fortalecer la reducción de riesgo por desastres.

De acuerdo con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, a cada alcaldía le corresponde instalar la Unidad de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (UGIRPC) y tiene la responsabilidad de organizar, coordinar y operar el Sistema de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil en su ámbito.

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En tanto, la UGIRPC de cada demarcación es la responsable de implementar las acciones en la materia, asistiendo a la población en acciones preventivas y atendiendo las emergencias y situaciones de desastre que se presenten en su ámbito territorial y está obligada a dar respuesta a cada emergencia como primera instancia.

El mayor número de incidencias, en las alcaldías con el 334.44 por ciento, son los siniestros; socio organizativo, el 25.67 por ciento; químico-tecnológico 25,53 por ciento, mientras que el fenómeno hidrometeorológico representa el 12.43 por ciento. Otro tipo de fenómenos representa el 1.93 por ciento.

Por lo anterior, durante el encuentro “Diálogos inclusivos para la gobernanza del riesgo en temas públicos de desarrollo: una propuesta metodológica para el fortalecimiento de la democracia deliberativa”, trabajaron de manera conjunta con el propósito de identificar las ventajas y áreas de oportunidad, así como los desafíos a los que se enfrentan los mecanismos de participación ciudadana y, en el caso particular del Consejo de Resiliencia de la Ciudad de México, desde su diseño hasta su implementación, en torno a su calidad, inclusión e incidencia.

Coincidieron también en la necesidad de fomentar una participación de las autoridades con el propósito de generar planes de contingencia y que la Ciudad de México se convierta en una entidad resiliente ante cualquier fenómeno que afecte la vida de los capitalinos.