Las normas de lo anormal: cómo insultar en redes sociales

17, diciembre 2023

BORIS BERENZON GORN 

Las redes sociales se han convertido en el ring de lucha más popular. Al ritmo de la Sonora Santanera, los actores se lanzan a la pelea, dándose patadas en la cara, arrancándose los cabellos y lanzándose sillazos a la nuca. Los espectadores responden con gritos de emoción que se traducen en likes y otras reacciones. Las luchas pueden extenderse por días ante la mirada atónita de quienes se inscriben para no perder la publicación, todos desde la seguridad de su sillón o escritorio que les garantiza no perder una sola gota de sangre.

Curiosamente, las nuevas luchas siguen siendo un espectáculo, pero sus repercusiones en la vida real pueden conducir a fomentar la violencia social y las enfermedades mentales, a pesar de llevarse a cabo en un espacio sin presencia física, aparentemente inofensivo. La lucha libre, ese deporte popular mexicano lleno de máscaras y calzoncillos brillantes, de insultos a personajes dibujados por disfraces llenos de color mientras vuelan de un lado a otro del cuadrilátero, es, todos lo saben, un espectáculo, un performance, una representación artística cuya finalidad es deshacerse del estrés y la represión violenta de nuestras personalidades que salen a flor de piel por un par de horas.

Desafortunadamente, este no es el caso de lo que ocurre en las redes sociales. El nivel de violencia al que nos enfrentamos rebasa toda expectativa. Es un nivel exacerbado de falta de empatía y civilidad, un cuarto oscuro donde las personas se avientan tazas y botellas en la cabeza aprovechando la lejanía y el anonimato, donde todo parece estar permitido siempre y cuando pueda burlar los controles de las plataformas donde se ejerce. Para eso, solo hay que seguir las instrucciones, pues hay muchas maneras de pasar desapercibidos luego de haber insultado y denostado a otros con gran éxito.

Si quieres hacerlo, recuerda que lo único que hace falta es crearte un perfil falso, poner en tu foto de perfil algún personaje popular o uno de los llamados “monos chinos”, término con el que se ha vuelto común referirse a los personajes del anime. Con un perfil falso puedes entrar a las redes sociales y comenzar a comunicarte con quien te dé la gana. Las opciones son infinitas, desde sabotear publicaciones con miles de likes, buscando el comentario que no te parezca e iniciando una pelea; hasta insultar las fotos de perfil y llegar incluso al acoso por mensaje de texto.

También puedes utilizar tu propio perfil, pero entonces sabrás que no puedes desbloquear todas las funciones del insulto 2.0. Porque el insulto 2.0, libre y sin consecuencias, solo lo pueden usar los bots, quienes pagan un alto precio, el de no existir y no ser tomados en serio al saberse que cumplen una función y que, fuera de hacerte pasar un mal rato, serán olvidados y bloqueados después de las denuncias masivas que recibirán por parte de los usuarios con privilegios, esos que tienen una personalidad e identidad propias y reales.

Pero si renuncias a ser un bot, no te preocupes, igual hay muchas formas de insultar y maltratar a los demás para desquitar la negatividad y frustración de tu propia vida. Primero que nada, recuerda no usar palabras altisonantes, pues Facebook o TikTok las borrarán de inmediato, aunque pueden durar un poco más en X o Instagram. Pero todo bien, porque para maltratar e insultar no son necesarias las groserías, basta con echar mano de prejuicios y suposiciones, atacar los cuerpos en su forma, tamaño y color de piel, alinearse a una postura dogmática o señalar las carencias afectivas imaginarias o reales, tergiversar las respuestas del contrincante y usar falacias al discutir.

Puedes también aventarte un par de insultos pasivo-agresivos, esos donde parece que estás haciendo un halago, pero en realidad buscas fastidiar a alguien, “yo nunca me maquillaría así, pero a ti se te ve bien”, o “valió la pena que no terminaras la carrera porque ya tienes un bebecito hermoso”. Invéntate la frase que gustes, el cielo es el límite. El insulto en redes no te traerá consecuencias, eso dicen.

Claro está, también cuentas con la opción de buscar una buena terapia y no caer en la propagación de violencia inútil en un mundo que ya tiene suficientes problemas.