“¡Play ball!”, exclamó Gabriel Atristáin, quien en ese instante pasó de ser umpire a ampáyer. Un hito para nada menor, pues el beisbol pasó de hablarse en inglés a español con el inicio de una nueva era. Y es que fue con ese grito de gloria como oficialmente dio inicio la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).

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Eran las 11:15 horas del 28 de junio de 1925 en el histórico Parque Franco-Inglés de la Ciudad de México —que estaba ubicado en lo que es ahora la avenida Marina Nacional esquina con Melchor Ocampo— cuando se celebró el primer juego de este circuito que ha preservado su esencia a pesar de las inclemencias del tiempo y la modernidad con su infinita voracidad.

Aquella épica tarde, el Agrario enfrentó al México, equipo que finalmente se impuso por pizarra de 7-5 después de 14 memorables entradas. Y desde entonces, cada vez que una pelota vuela por los aires en territorio nacional, Don Ernesto Carmona y Alejandro Aguilar Reyes ‘Fray Nano’, sonríen al ver su obra convertida en el más entrañable relato de un sueño hecho realidad.

La LMB celebra 100 años de haber hecho realidad esa idea en común que tenían Carmona y ‘Fray Nano’ de profesionalizar un deporte que a partir de ese día se hizo rey y ha mantenido su corona gracias a la incondicional fidelidad de sus seguidores y al coraje de cada uno de los peloteros que han portado con orgullo alguna de sus franelas a lo largo de su centenario de vida.

Todo comenzó una tarde de domingo cuando después de tres horas y 10 minutos de una batalla de lanzamientos y poderosos batazos, se registró el primer juego oficial de la Liga Mexicana de Beisbol. Por supuesto que ese deporte ya se practicaba desde mucho antes, de hecho, desde el Siglo XIX ya existían diversos parques del país, pero no había existido una integración formal de su competencia.

Si bien ya se habían realizado esporádicos intentos por formalizar el juego a través de organizaciones profesionales, como aquel intento por fundar la Liga Nacional en Agua Prieta, Sonora, a principios del Siglo XX cuando Hal Chase, expelotero de los Chicago White Sox, lo intentó sin tener éxito, no fue sino hasta el 24 de febrero de 1925 cuando los mencionados directivos dieron el intento más exitoso por unificar las Asociaciones Mexicana y del entonces Distrito Federal.

Reyes y Carmona mantuvieron con su arduo trabajo el primer gran paso que significó establecer los reglamentos y el registro de peloteros profesionales, semiprofesionales, juveniles e infantiles para dar sentido a su ambicioso proyecto. ‘Fray Nano’ resultó el primer presidente de la historia en la LMB, pues además de ser propietario del famoso parque Franco-Inglés, era ya titular de la Asociación de Ampayers y respetado cronista.

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A solo cuatro días del primer juego oficial, se celebró una larga y definitiva reunión, que finalizó cerca de la medianoche del miércoles 24 de junio, cuando se estipuló que el circuito estaría integrado por seis equipos con un rol de 14 juegos por club, mismo que comenzaría tan pronto como el domingo 28 de junio y finalizaría el 18 de octubre de 1925.

Se estipuló también que cada equipo podría tener un máximo de 20 peloteros, entre mexicanos y extranjeros, pues aún no existía un límite de foráneos, con tal de enriquecer la calidad del juego. Se determinó que fueran el parque Franco-Inglés y el Anáhuac, los escenarios donde se desarrollaría el génesis de esta liga que hoy se expande por 20 estadios en distintas entidades del territorio nacional.

Los dirigentes acordaron una tarifa de 50 pesos por club para poder inscribirse, y si un equipo desistía de participar, tenía de 24 a 48 horas para volver a integrarse, como parte de los curiosos puntos —de un total de 35— que contenía el primer reglamento de competencia en la era profesional de este circuito.

Los equipos fundadores fueron El México —no confundir con los Diablos Rojos del México, fundado en 1940—, Agraria, 74 Regimiento, Águila de Veracruz, Guanajuato y Nacional. El actual equipo veracruzano que participa en la Liga Mexicana de Béisbol, si bien tiene una relación directa con el equipo fundado en 1903, su historia incluye interrupciones y cambios que hacen que no sea exactamente el mismo desde la fundación de la LMB en 1925.

De hecho, el Águila comenzó la primera temporada, pero se retiró tras apenas disputar el segundo encuentro, ya que Agustín Verde, propietario y manager, a quien le concedieron jugar los tres primeros partidos en el puerto, determinó dejar la liga con el argumento de no querer sufrir más humillaciones por el resto de la temporada. Al salir, la LMB debió modificar su calendario de juegos, el cual quedó en 14 encuentros por club.

El primer campeón —mismo que tuvo que definirse en una serie extra, ya que el liderato lo compartía con El México— fue el 74 Regimiento, club que originalmente se registró en Puebla, pero luego se mudó a Xalapa, Veracruz. Extrañamente, culminó la campaña en San Luis Potosí, donde más tarde cambiarían de nombre a Tuneros.

En ese entonces, el presidente de México era Plutarco Elías Calles, quien impulsó la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), mismo que se convertiría en la herramienta política para consolidar su poder en la etapa conocida como el Maximato, periodo en la historia donde a pesar de ya no ser presidente, ejerció un gran poder político sobre los siguientes mandatarios: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez.

Calles tenía una particular debilidad por la pelota y solía asistir a los juegos, lo que ayudó a impulsar el desarrollo y consolidación de esta liga gracias a su influencia y popularidad.

De aquel primer encuentro de todos los tiempos en la LMB, tuvo una labor destacada el catcher de El México, Chucho Castillo. El receptor se fue de 7-3 con par de dobletes y dos anotadas. Por su parte, Benito Marrero, en labor de relevo desde el tercer rollo, se llevó el primer triunfo en este circuito, mientras que Jesús Gallardo, sufrió la primera derrota para un lanzador.

Ahora, 100 años después, la LMB es uno de los más prestigiosos campeonatos de pelota a nivel global y es semillero de grandes talentos. Tan solo en la temporada pasada, la asistencia total a los parques de pelota superó los 4.8 millones de aficionados, y se estima que registró una audiencia acumulada de 54 millones de personas en transmisiones de televisión y plataformas digitales. Sin duda, Don Ernesto Carmona y Alejandro Aguilar Reyes ‘Fray Nano’ sonríen al ver su obra, dondequiera que estén.