Marco Verde: siguió los pasos de su padre, estará en París 2024 y quiere ser como ‘El Canelo’ Álvarez

26, marzo 2024

Foto: Cortesía Comité Olimpico Mexicano

 

Martín Avilés / Ovaciones

Foto: Cortesía Comité Olimpico Mexicano

El destino de Marco Verde apuntaba adonde la mayoría de los niños nacidos en Mazatlán sueñan con llegar. Bajo el cobijo de los majestuosos atardeceres color púrpura en el Pacífico, aquel inquieto muchacho pasaba sus días en la prestigiosa Liga Quintero Castañeda, donde, con guante o bate en mano, daba pasos sólidos hacia los diamantes de beisbol. Hasta que de pronto, decidió seguir sus propios sueños, tal y como lo hizo su padre.

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Manuel Verde Ríos tenía 25 años cuando participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Luego de ser eliminado en primera ronda, formó parte de una de las más decepcionantes actuaciones de la Delegación Mexicana en la historia de la justa veraniega, cuando solamente Carlos Mercenario regresó con una presea tras conseguir la plata en los 50 km de la marcha en tierras catalanas.

Una década después, ‘Sammy’, como decían de cariño al olímpico hace 32 años, se convirtió en padre de Marco, a quien quiso alejar a toda costa de los ensogados, sabedor de la peligrosidad de los deportes de contacto. Por ello lo inscribió en el beisbol —como buen mazatleco—, hasta que un buen día, el ADN que corría por las venas del menor le pidió a gritos subir a un cuadrilátero. Y su vida cambió para siempre.

“A la edad de 10 años mi papá me llevó al mismo gimnasio que él se formó y desde ahí empezó la historia. Poco a poco he ido avanzando, desde abajo, municipales, estatales, nacionales y poco a poco me fui dando cuenta de que se podía, se podía estar en la selección, torneos internacionales y aquí estoy”, dice el pugilista de 22 años en charla con OVACIONES.

 

 

Manuel llevó a su hijo a la escuela de boxeo de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), donde él alguna vez entrenó y donde han salido grandes campeones tanto juveniles como mundiales. Ahí, Marco se quedó perdidamente enamorado del boxeo y su padre no tuvo más remedio que apoyarlo en busca de ese sueño por que él alguna vez suspiró.

“Mi papá, mi papá me inculcó eso, ya que él fue olímpico y me inculcó el irme primero por el amateur para agarrar toda la experiencia primero y ya posteriormente irme al profesional si quería”, cuenta el participante en la categoría de los 71 kilogramos.

 

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Nacido el 11 de febrero de 2002, Verde ganó el oro en los pasados Juegos Panamericanos de Santiago 2023, luego de vencer en la Final al ecuatoriano José Rodríguez Tenorio, lo que significó la primera medalla dorada panamericana en ocho años para México, pues Joselito Velázquez había sido el último azteca en conseguirlo durante los Juegos de Toronto 2015. De esta forma, se erigió como el primer boxeador nacional que selló su boleto a París 2024, donde pretende conquistar el metal que se le negó a su padre 32 años atrás.

“Bien, nos sentimos bien, la presión cada vez va aumentando. Son meses pero me acuerdo cuando estaba en Panamericanos y me decían ‘ah, faltan siete u ocho meses para Juegos Olímpicos’ y ahora estamos a menos de cuatro. El tiempo pasa volando pero nos sentimos bien y esperando los próximos torneos”, confiesa el púgil.

La efervescencia con la que Verde ha adquirido fama ha sido directamente proporcional a su intempestiva irrupción en los cuadriláteros. De la mano de Radamés Hernández y de su padre, quien se ha convertido en su mejor mentor, Marco tiene la encomienda de revivir esa añeja gloria mexicana en el deporte de los puños, disciplina en la que la delegación azteca se ha apoyado para obtener el 17.8% de todas sus medallas olímpicas gracias a las 13 otorgadas por el pugilismo.

El boxeo es el segundo deporte que más preseas ha dado a México en la historia del olimpismo detrás de las 15 de los clavados y por encima de las 11 del atletismo. Sin embargo, durante los últimos años la cosecha boxística ha sido a cuentagotas, pues en 34 años, solo dos bronces han colgado del cuello de algún guerrero azteca, siendo Misael Rodríguez en Río 2016 y Christian Bejarano en Sidney 2000 los únicos en lograrlo ese lapso.

“Sí, claro, pasa una medalla. Con mi entrenador lo hemos platicado y mi papá y sí, hay posibilidades de una medalla”, afirma convencido el mazatleco sobre la posibilidad de convertirse en el decimocuarto boxeador nacional en ganar una presea olímpica.

Esa persuasión de Verde no es casualidad. Su padre, y su familia en general, le han hecho poner los pies en la tierra, sobre todo al estar inmerso en una disciplina que suele seducir a los pugilistas a través del canto de las sirenas del profesionalismo y esos millones de dólares que lo rodean. Por ello lo impulsaron a enfocarse en los estudios y tener una carrera.

Actualmente, ‘Green’ es estudiante de la Unidad Académica de Gastronomía de la Casa Rosalina de la UAS, donde divide su tiempo con los entrenamientos. Y aunque sin duda la idea de convertirse en uno de los iconos del boxeo nacional y sumar muchos ceros a su cuenta de banco es atractiva, por lo pronto, solo se enfoca en su cita en la Arena Paris Nord en Villepinte, donde espera hacer sonar el Himno Nacional Mexicano y festejar junto a su padre.

“Aún no sé (si dar el salto al profesionalismo), debo hablar con mi papá, si después de París o por ahí si nos esperamos otro ciclo olímpico”, dice con cierta timidez el declarado fanático de la figura de Óscar Valdez, oriundo de Nogales, Sonora, quien del olimpismo dio el salto al profesionalismo donde actualmente marcha con foja de 31-2-0 y 23 KOs. Precisamente en el reflejo del sonorense, es donde se quiere mirar Marco Verde.

“No he podido hablar con él (Óscar Valdez), pero sí es alguien que hizo dos ciclos olímpicos y posterior se fue al profesionalismo y le ha ido muy bien desde entonces. Sí (quiere seguir sus pasos), porque ha logrado muchas cosas a nivel mundial, también como ‘Canelo’, que ha llevado su carrera muy bien, tal vez no se adentró mucho en el amateur pero en profesional ha sido de los grandes en el terreno profesional y sí, si entro en el terreno profesional me veo siendo un campeón”, finaliza.