La Plaza de Toros Vicente Segura de Pachuca, Hidalgo, fue el epicentro de uno de los momentos más bochornosos en la historia moderna del boxeo mexicano. La noche del pasado sábado 5 de octubre, la pelea entre Omar Chávez y Misael Rodríguez no se realizó debido a que según la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México —encargada de sancionar el combate—, se había estipulado con anterioridad que habría otro pesaje el mismo día de la pelea y que no podían excederse de los 81 kilogramos. Pero el hijo de Julio César Chávez, se pasó por casi seis kilos.

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De esta manera, en medio de un ambiente hostil y entre rechiflas por parte del impaciente público que terminó decepcionado ante una deprimente velada, las autoridades determinaron cancelar el enfrentamiento, ya que de acuerdo con ESPN, la disputa se pactó en 76.5 kg, pero no debían pesar más de 81 el día de la función. Misael subió a la báscula en 77.8 kilos, mientras que Omar registró 86.7 kg, lo que desató una polémica de índole mundial, debido a los extraños estándares de la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México.

“Muy lamentable, el que sale perdiendo es el boxeo, el público, México; los aficionados y los dos peleadores. Es algo inexplicable, yo nunca había visto algo así, ya platiqué que no era una pelea de títulos, entonces no hay ninguna jurisdicción ni nada que vaya más de la comisión de boxeo. Pachuca no tiene comisión de boxeo, el promotor contrató a la Comisión de Boxeo de la Ciudad de México para que sancionara ese combate, entonces es la máxima autoridad y a la hora del pesaje oficial, los dos dan el peso oficial. Lo que yo he vivido en toda mi vida es que cuando ya das el peso, hay pelea”, dijo el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), Mauricio Sulaimán en el Martes de Café.

El dirigente recordó que en la inmensa mayoría de las organizaciones boxísticas alrededor del mundo, lo natural es que los boxeadores en cuanto dan el peso un día antes de la función, automáticamente estén disponibles para pelear al día siguiente, por lo que esta regla del organismo sancionador de dicho combate fallido, le parece innecesaria.

“Resulta que la Comisión de la Ciudad de México tiene una cláusula o reglamento que no lo conocía ni conozco. No sé los detalles pero se les dijo a los dos peleadores que no podían subir más de cuatro kilos y medio y a la hora de llegar a la arena, dice Misael que se pesó y que estaba bien y que Chávez no se quería pesar. Ahí empezó todo el relajo. Hay muchos videos, muchos comentarios y opiniones de todo el mundo, pero finalmente, Misael decidió no pelear contra Chávez, pero hay contradicciones, porque decía que si subía con ocho onzas sí peleaba. Hay muchos dimes y diretes, lo muy lamentable es que no hubo pelea, que los aficionados que habían abarrotado el lugar y los millones que esperábamos ver la pelea por televisión nos quedamos con las ganas”, abundó Sulaimán.

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“Mi opinión, de todos los estudios que ha hecho el Consejo Mundial en muchos hospitales y con muchos expertos es que simplemente hay que prevenir que entrenen bien y no suban mucho de peso entre pelea y pelea, que bajen responsablemente de peso, pero ya que das el peso oficial, no puedes cancelar un evento. Quisiera ver que se llegara a una resolución final, que se pongan sobre la mesa las cosas. Mi conclusión es que se refugiaron en una regla que en mi opinión va en contra de todo lo que el pesaje es. El Consejo Mundial de Boxeo ha trabajado por décadas con el tema del peso y los peligros”, agregó.

Al final, la Comisión de la CDMX dejó en manos de Misael Rodríguez la decisión de realizar o no el combate, por lo que el medallista olímpico en Río 2016 decidió declinar su participación respaldado por esta norma y Omar Chávez se vio obligado que salir a dar la cara ante la enardecida afición presente.

“Ellos son peleadores, hay tanta información mezclada que sería injusto uno y otro, Chávez, eso de que no lo hayan permitido pelear por subir de peso, eso no lo sé. Es ridículo poner en kilos o libras porque no es lo mismo un supermosca que un supermedio, creo que se busca paridad cuando se suben al ring pero fue mal ejecutado, faltó criterio y precisión. No he podido hablar con Omar, hablé con Julio (César Chávez) pero ya no quiero hablar del tema, está muy claro, solo hablaré con la Comisión de la Ciudad de México amablemente”, sentenció Mauricio.