México defiende el asilo político y rechaza la ruptura con Perú

El subsecretario para América del Norte subrayó que el asilo es un acto pacífico y humanitario, amparado en la Convención de Caracas y en la Constitución mexicana.



El Gobierno de México rechazó la decisión del Perú de romper relaciones diplomáticas tras la concesión de asilo a la ex primera ministra Betssy Chávez Chino, pues se apegó estrictamente al derecho internacional y a los principios humanistas que han guiado históricamente la política exterior del país.

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Durante la conferencia matutina, el subsecretario para América del Norte, Roberto Velasco Álvarez, mencionó el artículo IV de la Convención de Caracas sobre Asilo Político, que establece que corresponde al Estado asilante calificar la naturaleza del delito o de los motivos de persecución.

Nuestra Constitución, en su artículo 11, consagra el derecho de toda persona a buscar y recibir asilo. Este derecho se ejerce conforme a los tratados internacionales de los que México es parte”, señaló.

De acuerdo con Velasco, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Gobernación evaluaron de manera exhaustiva el caso y concluyeron que Betssy Chávez había sido víctima de violaciones a sus derechos procesales y de persecución política.

Rechazamos la decisión del gobierno de Perú de romper relaciones diplomáticas con México, no así las consulares. Seguiremos defendiendo nuestra tradición humanista y actuando conforme al derecho internacional,” concluyó Velasco.

La subsecretaria para América Latina y el Caribe, Raquel Serur Smeke, recordó el papel de México como refugio de perseguidos políticos:
Toda persona extranjera que encuentre en peligro su vida o libertad por sus ideas políticas puede solicitar asilo. Así lo hicieron los refugiados españoles, los perseguidos de las dictaduras sudamericanas o figuras como José Martí, León Trotsky, Rigoberta Menchú y Evo Morales”.

Recalcó que “solo al Estado asilante le corresponde decidir si la persona solicitante es objeto de persecución política o no”, y que el asilo es un acto pacífico que ningún Estado puede considerar hostil.

A su vez, Pablo Monroy Conesa, director general para América del Sur y exembajador en Lima, ofreció un recuento del conflicto político en el Perú que derivó en la destitución del presidente Pedro Castillo en diciembre de 2022. Recordó que Castillo fue objeto de acoso constante, intentos de destitución y campañas racistas, hasta su encarcelamiento por el delito de rebelión.

El diplomático recalcó que México no ha intervenido en los asuntos internos del Perú ni ha adoptado medidas recíprocas. “Mantenemos las relaciones consulares y la amistad entre los pueblos de México y Perú”, subrayó.