México: ¿la 4T o dictadura perfecta?

31, julio 2023

GABY SALIDO

En el acostumbrado reparto de culpa que realiza el presidente, somos testigos de su ya desgastado discurso de inocencia, herramienta que usa al evadir la responsabilidad de gobernar.

Para el inquilino de Palacio Nacional, su estrategia es fiable y comprobada, además de practicarla en la Jefatura de Gobierno, la utilizó durante sus 18 años de campaña presidencial.

Ahora, la silla presidencial le demanda una postura institucional, en vez de criterios y opiniones personales, pero después de 5 años, no logra plenamente el rol de gobernante, por no asumir una sola responsabilidad.

Mientras fue jefe de gobierno, las conferencias mañaneras se usaban para generar crítica en los medios de comunicación, poniendo temas en el debate público.

Sin embargo desde la presidencia, se han convertido en diatribas que “otros datos” descalifican a quien cuestione sus decisiones o la falta de transparencia, imponiendo su opinión como la única verdad.

También hay prácticas lamentables, pues los medios oficiales de difusión que tienen las dependencias del gobierno, son usados discrecionalmente para difundir igualmente opiniones del presidente que posturas ideológicas del partido oficialista.

Tal ha sido el esfuerzo de MORENA por lograr su prometida transformación, que en actitud sarcástica evitan el dialogo, consiguiendo solo transformar la forma de gobierno. Ahora, bajo un camuflaje democrático, disimulan su actitud hegemónica.

Irónicamente la 4T pretende jugar con la memoria colectiva y la conciencia del “pueblo bueno y sabio”, sin embargo la historia se ha encargado de acomodar las cosas:

En el 2005 dijo: “Ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí, nos juzgue la historia”.

Ahora, ante el inminente fracaso de la 4T por no cumplir con la bandera ideológica de su movimiento: luchar contra la corrupción, acabar con los privilegios y luchar por la justicia social, se han convertido en lo que tanto criticaron.

Se repiten todas las actitudes y enfrentamientos que tuvo desde la jefatura de gobierno, lanzando diatribas a los partidos políticos, a la Suprema Corte de Justicia, desacatando las Leyes de Transparencia, haciendo interpretaciones a modo y conveniencia.

Ante tal discurso de polarización y represión, cualquiera recordaría un episodio de las criticadas dictaduras de hace 70 años en Latinoamérica.

Como si el destino le pagara con la misma moneda, en estos momentos se hace nuevamente vigente la crítica que, en 1990 hizo el escritor Mario Vargas Llosa al señalar que México es la dictadura perfecta, pues dijo entre otras cosas: “Al igual que otras dictaduras… fue incapaz de traer la justicia social… no hay una mejor distribución de la riqueza… las desigualdades son originadas por las mismas razones: injusticia social y corrupción” ¿coincidencia?