México sostuvo un nuevo intercambio diplomático con Estados Unidos después de la reunión del martes en la que ambas delegaciones revisaron el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, según confirmó la presidenta Claudia Sheinbaum desde la conferencia matutina en Palacio Nacional.
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La mandataria informó que el encuentro del martes concluyó con una propuesta presentada por México, cuya respuesta llegó desde Washington para continuar el proceso de negociación con intercambio técnico continuo.
Funcionarios mexicanos enviaron otra propuesta durante la noche del martes y pactaron una nueva reunión para este miércoles con el fin de mantener abierto el canal de discusión y evitar tensiones entre ambos países fronterizos.
Sheinbaum destacó que su gobierno confía en alcanzar un acuerdo que atienda los compromisos bilaterales sin afectar el abasto doméstico ni las necesidades productivas del lado mexicano, sobre todo en zonas agrícolas dependientes del Río Bravo.
La presidenta explicó que el tratado vigente permite reponer durante cinco años el agua pendiente en caso de periodos prolongados de sequía, por lo que México se mantiene dentro del marco jurídico que regula la entrega del recurso.
Autoridades federales señalaron que la limitación física del ducto hacia el Río Bravo influye en la velocidad del envío, situación que se suma a la presión hídrica acumulada en las principales regiones de cultivo.
Sheinbaum reiteró que el tratado ofrece condiciones favorables para México y descartó la pertinencia de una renegociación integral, aunque defendió un diálogo permanente para ajustar calendarios según la disponibilidad real de agua.
Gobernadores de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua participaron en las discusiones para presentar diagnósticos locales y mantener posiciones coordinadas frente a las demandas estadounidenses.
La presidenta describió un ambiente de cooperación entre los mandatarios estatales, quienes trabajan para evitar diferencias públicas y explicar a la contraparte la complejidad de los sistemas hídricos nacionales.
Sheinbaum insistió en que el proceso busca conciliar la obligación internacional con la protección del consumo humano, que depende de presas internas cuyo nivel bajó por la sequía de los últimos años.
El gobierno federal planteó que la cantidad de agua disponible condiciona cualquier entrega, por lo que la prioridad es no comprometer el suministro para poblaciones mexicanas ni para actividades esenciales en la frontera.




