México y la bonanza exportadora

27, marzo 2024

Claudia Corichi

El primero de julio de 2020 entró en vigor el T-MEC, el renovado acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá que revitaliza los lazos económicos en Norteamérica y busca una mayor integración ante el dominio del comercio mundial por parte de China y otras naciones asiáticas. Tres décadas después del pionero TLC de 1994, los resultados para nuestro país son significativos: el año pasado el intercambio comercial con EU alcanzó los 800 mil millones de dólares.

Veamos la magnitud de esas transacciones: México acaparó el 15.7% del comercio mundial de EU en 2023, dejando en el segundo puesto a Canadá con 15.2% y en tercero a China que se quedó con el 11.3% del pastel. El potencial manufacturero no es la única razón de esa bonanza; se debe a la coyuntura geopolítica por la guerra comercial entre Washington y Pekín que se agravó cuando aumentaron los aranceles a los productos chinos provocando una caída de las exportaciones a EU.

En gran medida por ello, estamos ante un momento estelar del comercio exterior mexicano. A la pujanza exportadora se añade la llegada masiva de inversiones foráneas y la decisión de varias firmas de reubicar en México sus plantas de ensamble y producción, el llamado Nearshoring. La Secretaría de Economía informó que en 2023 la Inversión Extranjera Directa se ubicó en 36 mil millones de dólares; una tercera parte de esos flujos provinieron de EU, colocándose como el principal país inversionista, lo que reafirma la dependencia económica entre ambos.

Pero como en todo, hay retos y áreas de oportunidad que pueden mejorar las capacidades comerciales con el exterior. A juicio de especialistas, a la caída exportadora de China no correspondió un aumento de las ventas de México. La falta de capacidad instalada, de certidumbre legal sobre las inversiones (recuérdese Constellation Brands en Mexicali), de infraestructura como carreteras y puertos, de dotación de energía y agua para parques industriales y la inseguridad, son diques para la consolidación de un potente sector que coloca a México como referente a nivel global.

Los datos están ahí; la Organización Mundial del Comercio informó que el país se ubicó en la novena posición en 2023 entre los mayores exportadores en el mundo por encima de Rusia (en guerra), Canadá y Hong Kong. El acuerdo comercial trilateral de América del Norte ha resultado benéfico para la creación de empleos, el fortalecimiento de cadenas de suministro estratégicas y el crecimiento económico para regiones muy focalizadas como el norte, occidente y noroeste.

México debe mantener y consolidar este buen momento. La producción manufacturera (que representa el 89% de las exportaciones totales) y la especializada y capacitada mano de obra son las puntas de lanza del comercio exterior; no obstante, otros sectores como el agroalimentario tienen potencial y perspectivas de crecimiento que deben aprovecharse también.

Tras el duro golpe que supuso la pandemia, el comercio internacional ha dado muestras de resiliencia. El comercio se está reorientando con base en arreglos geopolíticos y la necesidad de cooperación entre naciones vecinas como ocurre en Europa. En última instancia los intercambios de mercancías y servicios a nivel planetario deben servir para crear empleos mejor pagados, impulsar el crecimiento económico y reducir también la pobreza y la desigualdad, esa será la mejor medida de su éxito.