GUSTAVO MARES
El becerrista hidalguense Daniel Iván ‘El Dani’ tiene diez años de edad y está que no cabe de contento, porque apenas el pasado fin de semana se convirtió en el triunfador del festival que se llevó a cabo en el marco de la feria hidalguense de Santiago Tlautla, donde salió a hombros luego de desorejar a su eral.
Vive en Tula y debido a la quinta ola de Covid-19 que azota al país toma clases virtuales. Va en la primaria y la única condición de sus papás para apoyar- lo en su afición taurina es que mantenga un buen promedio. ‘Me piden mínimo nueve’, dice con voz aún de niño. Tras una pausa y gran honestidad, agrega que ‘a veces no se puede el nueve, pero casi’.
Admirador de Enrique Ponce, Juan José Padilla y ‘mi maestro, Juan Clemente’, no se amilana a pesar de los difíciles momentos que atraviesa la tauromaquia y que se ve reflejado en su salón de clases en el que ‘habemos 28 alumnos, pero apenas a unos cuantos le gusta la fiesta brava’. Sin embargo, el joven torero ‘echa pa ́lante’ y es un gran promotor del toreo entre sus compañeros. ‘Algún día llevé mi traje corto a la escuela y causó asombro. Muchos ni siquiera los conocían’.
Asegura que se ha portado muy bien y confía que Santa Claus ‘me traiga un traje corto porque este ya no me queda bien’.
Daniel Iván atesora gran vocación y sólo el tiempo dirá si algún día puede llegar a la anhelada alternativa… El tiempo y las buenas calificaciones.