Necesarias políticas que permitan un ambiente de negocios atractivo para reducir la informalidad

Ello estimulará la inversión y creación de empleos formales



Foto: Cuartoscuro

Si bien la actividad informal ha sido una alternativa para reducir las presiones sobre el mercado laboral, las cifras más recientes publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reportan que en mayo del 2025 la economía informal concentró a 33 millones de personas, lo que representó 55% del total de la población ocupada del país.

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Por ello, el sector empresarial del país demanda “la aplicación de políticas que permitan un ambiente de negocios atractivo, sobre todo en un momento en el que la incertidumbre por factores internos y externos inhiben un mayor ritmo de crecimiento de la inversión.

“Un mayor nivel de inversión y un ambiente que incentive la formalidad contribuye a elevar y fortalecer el ritmo de crecimiento de la actividad productiva, favoreciendo la posibilidad de crear mayores puestos de trabajo en el sector formal, beneficiando los niveles de bienestar de los hogares”, señaló en su análisis semanal el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

Es más, aseveró que si bien es cierto que la informalidad no ofrece las condiciones idóneas para quienes la ejercen, “el hecho de que resulta menos oneroso realizar cualquier actividad informal la hace más atractiva, de tal forma que ya no solo es refugio de desempleados, sino de quienes buscan ganancias sin tener que cumplir con las obligaciones que implica la formalidad”.

En su análisis semanal, el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), recordó que los resultados más recientes acerca del tamaño de la informalidad señalan que en 2024, la economía informal ascendió a ocho mil 094 miles de millones de pesos a precios corrientes, lo que representó 24.5% del PIB total del país, su porcentaje más alto en la serie publicada por el INEGI desde 2003.

“Esto significa que, además de superar significativamente el valor acumulado de cuatro sectores que integran el PIB (construcción, agropecuario, minería y electricidad, agua y gas), indica que cerca de 252 centavos de cada peso producido en el país están fuera del control de las autoridades hacendarias, lo cual refleja lo costoso que puede ser esta actividad para el país”.

Así, los factores que caracterizan esta actividad no siempre son los más idóneos, ya que los ingresos que ofrece son bajos e inestables, tiene reducidos niveles de capital y de tecnología, cuenta con un mínimo o nulo acceso a los mercados organizados, además de que queda fuera del alcance del registro y reglamentación gubernamental.

Y si bien una de las principales causas del aumento de la economía informal ha sido la ausencia de estrategias que estimulen el crecimiento de la economía y que ofrezcan la posibilidad de abrir más puestos de trabajo en el mercado formal, existen otros factores que han contribuido activamente a limitar que las empresas incrementen sus plantillas laborales.

El CEESP destacó que un importante promotor de la informalidad ha sido la existencia de un marco regulatorio excesivo, y aunque hay avances en materia de una regulación mucho más eficiente, “esto no han sido suficiente, toda vez que aún prevalecen requisitos complejos para quienes desean participar activamente en la actividad productiva formal, obligándolos, en algunos casos, a desistir o reorientar su interés hacia las actividades informales, donde no existen limitantes para participar en el mercado”.

También están los costos laborales, que es lo que paga el empleador por todo lo relacionado a la generación de empleo, representan una importante carga para las empresas y en mucho coadyuvan a determinar la posibilidad de ampliar o no las plantillas laborales; incluso, “en algunos casos pueden ser determinantes en la apertura de nuevas unidades productivas”.

De esta forma, los empresarios no tienen duda de la necesidad de políticas que permitan un ambiente de negocios atractivo, sobre todo en un momento en el que la incertidumbre por factores internos y externos inhiben un mayor ritmo de crecimiento de la inversión.